El Parlamento de Gasteiz ha rendidor un homenaje a quien fuera miembro de la Cámara, Santi Brouard, muerto a tiros hace 30 años por «dos sicarios», como los ha definido la presidenta, Bakartxo Tejeria. Ha sido un acto sencillo, en cuyo transcurso se ha descubierto una placa de recuerdo, colocada en una pared en la que ya hay otras de Gregorio Ordóñez, Fernando Buesa y Enrique Casas. Acompañando a la familia Brouard-Aldamiz han estado presentes el lehendakari, representantes de todos los grupos parlamentarios, presidentes de legislaturas anteriores y muchos compañeros de militancia de quien fuera presidente de HASI y miembro de la Mesa Nacional de Herri Batasuna. Un grupo de alumnos de Musikene ha interpretado primero una versión de ‘Izarren Hautsa’ y el ‘Agur Jaunak’ al final del acto.
En su intervención, Edurne Brouard, emocionada, ha agradecido el homenaje y ha reclamado el compromiso de los parlamentarios en el avance de este «nuevo tiempo». Y también ha reconocido que «somos muchos los que además de sufrir en nuestro propio ser ese dolor inmenso que todo lo distorsiona, hemos, también, voluntaria o involuntariamente, infligido dolor a nuestro alrededor. Si alguna vez nuestras acciones, nuestras omisiones, nuestras palabras o nuestros silencios os han hecho daño, lo sentimos sinceramente».
La hija de Santi Brouard demanda, al mismo tiempo, que «sería bueno que se reconociese por parte de quien corresponde, que aquellos que por ley (al menos si siguen ustedes creyendo que esto es un Estado de Derecho, ya saben que yo tengo mis dudas), tenían el deber y la obligación de protegernos, acabaron, sin embargo, por secuestrarnos, torturarno y asesinarnos».
Edurne Brouard –que estaba acompañada de sus hermanos Teresa y Santi–, ha deseado que el acto sea el inicio del camino para que «con todas las verdades, todos los derechos y todos los esfuerzos se llegue a la solución».
En el acto también ha participado la presidenta del Parlamento, Bakartxo Tejeria, quien ha señalado que para «construir la Euskadi del futuro hay que acordar una memoria basada en la verdad, porque encima del olvido no puede construirse nada». Ha mostrado su esperanza de que actos como la colocación de esta placa en honor de Santi Brouard tengan valor para reconocer «la inutilidad de la violencia, el dolor causado y la dignidad de las víctimas», y que tenga continuidad hasta que «entre todos se construya una paz con letras mayúsculas».