Su antiguo candidato a presidente y gobernador del estado de Miranda, Henrique Capriles, anunció, antes de la comparecencia de Tibisay Lucena, presidenta del Consejo Nacional Electoral, movilizaciones para hoy en recuerdo a los diez muertos durante la jornada electoral. Entre los fallecidos hay, al menos, un miembro de la Guardia Nacional Bolivariana.
«Llamo a un gran diálogo constitucional”, ha anunciado Maduro, que ha comparecido inmediatamente después de conocerse los resultados, arropado por sus seguidores en la plaza Bolívar, en el centro de Caracas. El mandatario ha reconocido que en las últimas semanas, representantes del chavismo se habían reunido con líderes opositores como Julio Borges, presidente de la Asamblea Nacional elegida en diciembre de 2015 y declarada en desacato por el Tribunal Supremo de Justicia. Estas conversaciones, que los miembros de la MUD negaban, ya fueron admitidas la víspera por el expresidente español, José Luis Rodríguez Zapatero, quien ha ejercido como mediador. Según ha explicado Maduro, hace dos semanas llegó a ofrecer a sus rivales la posibilidad de presentarse a las elecciones a la constituyente. Ellos, tras solicitar un margen de una hora para debatirlo, declinaron la oferta y mantuvieron las protestas (dos huelgas y dos jornadas de marchas desde el miércoles),
El presidente venezolano, en su comparecencia, se ha mostrado duro con la oposición y ha prometido una comisión de la verdad que esclarezca los más de 100 muertos que se han registrado desde abril, cuando la oposición comenzó este ciclo de protestas. No obstante, también ha abierto una vía al entendimiento. Anunció que el próximo 6 de agosto comenzará el plazo para la inscripción de candidaturas a las elecciones a gobernador que deberían celebrarse en diciembre. Con la oposición fuera del juego político después de no haber presentado aspirantes en estos comicios, esta cita con las urnas podría ser un modo para que se reincorporen al juego político. Por otro lado, también tiene su parte de regalo envenenado. Es muy previsible que los opositores rechacen las cifras ofrecidas por el CNE y le acusen de inflar la participación. Si una semana después optan por concurrir a comicios, estarían legitimando una institución que suele ser duramente atacada por sus portavoces.
Tras una jornada condicionada por las protestas opositoras, especialmente en el este, los datos suponen una satisfacción para el chavismo. Por una parte, supera los 7,5 millones de votos que la oposición dice haber obtenido en la consulta del 16 de julio. Por otro, revierte una tendencia descendente desde las elecciones de octubre de 2012, las últimas presidenciales que ganó el fallecido Hugo Chávez.
El presidente venezolano ha anunciado que los 537 asambleístas electos (faltan ocho representantes del pueblo indígena) tomarán posesión de su cargo esta misma semana. Ahí se abrirá otro frente de pugna con la oposición, que no solo niega la legitimidad de esta asamblea, sino que reivindica la cámara elegida en diciembre de 2015.