Maider IANTZI
DURANGO

Euskal Denda celebra sus veinte años en los que ha hecho realidad lo imposible

Organizado por la Asociación Nacional de Artesanos, Arbaso, Euskal denda es uno de los escaparate más importantes de la artesanía vasca. Muestra de ello son los 51 representantes del sector que se han dado cita junto a la Azoka de Durango, en la Plaza del Mercado municipal. En la primera noche de la feria repartieron los premios Artetsu, reconociendo, entre otros, a Alicia Bengoetxea, Elena Txintxurreta y José Ramón Salmantón la labor de toda una vida.

La 20ª edición de Euskal Denda es un ejemplo de la carrera de fondo en la que está inmersa la artesanía vasca. «Un gremio vivo que llega cargado de tradición, buen oficio y saber hacer, con ilusión y esperanza, pero sobre todo con ganas de evolucionar», según destaca la asociación organizadora, Arbaso.

Asentada en el calendario de productores y visitantes, quiere servir de reflexión sobre el pasado y el futuro, de alguna manera como la Azoka de Durango.

En la primera noche de la feria, celebraron sus veinte cumpleaños valorando que «han hecho realidad lo imposible a base de esfuerzo, trabajo, tesón y confianza». De ahí el lema “Ezina Ekinez Egina”.

Euskal Denda cuenta con 51 expositores de Araba, Bizkaia, Gipuzkoa, Lapurdi y Nafarroa. De ellos dieciséis son novedad. Por sectores, resalta la innovación del ámbito textil, que avanza convertida en seña de la moda, el patchwork, el tapizado, la confección de ropa infantil o de ropa modernista. También es novedad la fabricación de gafas de madera, con excepcionales críticas por su I+D+I.

Ixi wood es la marca creada por los hermanos lekeitiarras Endika y Paul Zabala junto con el socio Mikel. Su producto estrella son las gafas, pero tienen más cosas, como altavoces. Todo es de madera. Utilizan el roble, el cerezo, el castaño fumé o el nogal. Son gafas ecológicas, ligeras, cálidas y exclusivas, que ofrecen la posibilidad de grabar un nombre o una fecha en la montura. Desde que empezaron hace 5 años han ido mejorando, aprendiendo como autodidactas, y hay una diferencia importante de las primeras gafas a las actuales.

Volviendo a la fiesta de la noche del viernes, el alma mater de Zur eta Lur, Gorka Garrote, recibió el premio que el público le hizo merecedor la pasada edición como expositor más llamativo. Arbaso eligió como el puesto mejor engalanado de esta edición el de Artezi Tapizeria.

Las jóvenes Norone Bizkarra e Iratxe Artiach crearon la cooperativa Artezi hace año y medio. Aprendieron este oficio que estaba en peligro de extinción de un tapicero de 82 años que no tenía herederos. Le han dado continuidad a su local, en Eibar.

Personalizar con la tapicería

En el stand llaman la atención los cojines realizados en un proyecto colectivo con lemas en euskara como “Agur da ate bat zabaldu edo ixtea” o “Zurekin gozo gazi libre”. «Impulsamos la economía social y reutilizable, contraria a la filosofía de comprar-echar-comprar», reivindica la joven de Abadiño Norone.

Tapizan cualquier cosa. Desnudan el objeto, lo arreglan y lo visten con las telas elegidas, posibilitando la personalización. En este camino, han empezado con la estampación digital. Su clientela es muy diversa.

Los premios Artesi fueron para Deia (medio de comunicación), Euskal Herrian Euskaraz (euskara), Zamudioko Udala (institución amiga), Alicia Bengoetxea (alpargatas), Elena Txintxurreta (alfarería) y José Ramón Salmantón (cestería).