Txema Urbiola, de 62 años, sigue en observación en la UCI de un hospital de Iruñea tras el infarto sufrido el viernes, apenas cuatro horas después de haber salido de dependencias policiales. Había pasado allí la noche junto a otras tres personas, acusados todos ellos de protestas ante la Corporación municipal en la procesión del 7 de julio de 2014, en una redada a todas luces desmedida.

Para tener un diagnóstico más concreto de su situación habrá que esperar por tanto a que se pase ese plazo. En cualquier caso, sus familiares se mostraban ayer más tranquilos después del susto del viernes. El infarto se atribuye al estrés provocado por la detención.

EH Bildu ha exigido en una rueda de prensa de urgencia que cesen este tipo de intentos de UPN por «tensionar» a la ciudadanía de cara a las elecciones.

Ven un intento de «apuntalar el régimen» con operaciones policiales absurdas. Mientras, el alcalde, Enrique Maya, ha ofrecido una rueda de prensa sobre su programa electoral sin hacer alusión al caso. La operación fue desarrollada conjuntamente por la Policía Municipal y la española.