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Autoescuelas critican a la DGT por la falta de examinadores en Nafarroa

Las autoescuelas de Nafarroa se han concentrado ante la delegación del Gobierno español para denunciar la falta de examinadores para el carné de conducir que sufre el herrialde y exigir a la Dirección General de Trafico una solución.

Junto a siete maniquíes vestidos de negro y con la palabra ‘examinador’ en la ropa, las autoescuelas han denunciado que Nafarroa tienen 3,5 examinadores, uno de ellos de baja desde hace meses, y Jaén, con la misma población, dispone de 14.

Estos datos reflejan en su opinión no solo «una injusticia» sino también, en la práctica, «desplazamientos masivos de alumnos» a otros territorios para sacarse el carné de conducir sin tener que esperar.

Por eso el medio centenar de autoescuelas que tiene Nafarroa y sus 200 profesores exigen a la DGT que «aplique el mismo ratio en toda España», al tiempo que le reclaman que «unifique criterios y organización» en todas las jefaturas de trafico y aumente el personal de oficinas.

Las autoescuelas navarras quieren también que la DGT «vigile y controle» el trabajo de los examinadores porque hay «enormes diferencias» de aprobados en una misma provincia, y que «equipare las exigencias» para los exámenes prácticos del carné de conducir en todas las jefaturas.

En representación de todas ellas, Sergio Induráin ha afirmado en declaraciones a los periodistas que «son muchos años ya con falta de examinadores» y se necesitan «al menos siete más» para volver a los niveles que tenía Nafarroa hace diez años.

Tras agradecer el apoyo que han recibido del Parlamento de Nafarroa, Induráin ha mostrado su esperanza en que la reunión que tienen prevista para enero con el ministro del Interior sirva para avanzar en una solución al problema de las autoescuelas navarras.

Ha lamentado además el «daño» que la huelga de examinadores les ha hecho, «muchísimo daño», porque les ha dejado con un lista de espera «de cientos, igual hasta mil personas, para examinar», y a este «tapón» se suman las perdidas económicas, «alrededor de un millón de euros», por las muchas personas que han aplazado su intención de sacarse el carné de conducir, lo que ha provocado en algunos casos el despido de trabajadores.