Entre que el bombo y los programadores lo han colocado en un horario nada apetecible y que los dos rivales, con sus obligaciones ampliamente cumplidas, parecen más pendientes de otros acontecimientos pasados o futuros, el derbi de Mendizorrotza llega casi de incógnito. Y no lo merece. No sólo porque se trata de una cita histórica –es la primera vez que Alavés y Eibar se enfrentan en Primera en el estadio gasteiztarra–, sino porque enfrenta a dos equipos, sin lugar a dudas, triunfadores.

Lo es el Alavés que, en su temporada de regreso a la elite, se ha asegurado su principal objetivo con semanas de antelación Tanto como para permitirle disfrutar por adelantado del premio añadido que se ha ganado con la final de Copa. Y también lo es el Eibar, que no sólo, siguiendo la progresión de las temporadas precedentes, ha conseguido la permanencia holgadamente, sino que incluso se ha permitido soñar con otro hito. Y puede hacerlo todavía, con la calculadora en la mano, aunque las dos últimas derrotas, sobre todo la del lunes frente al Athletic, han reducido sus opciones a la mínima expresión.

Precisamente ese encuentro, y sobre todo sus consecuencias a todos los niveles, es una de las cuestiones que han restado cierto brillo a la previa del derbi. Porque el Eibar apenas ha tenido tiempo para digerir el disgusto pero, sobre todo, porque la factura ha diezmado una plantilla que ya andaba bastante justita. Tanto que José Luis Mendilibar llega a Gasteiz con dos jugadores del filial –Imanol Sarriegi y Josué Dorrio que, en circunstancias similares, ya habían tenido minutos en enero– y otros dos que apenas van a poder ejercer más que de relleno: Nano, que lleva parado tres meses, y Arbilla, cuyo regreso no se esperaba hasta la próxima semana. Pero es que a las bajas de Fran Rico, operado hace tres semanas, y Bebé, que el lunes se caía a última hora de la convocatoria por una infección en el pie, se les han unido las de Luna, que no pudo acabar el partido frente al Athletic, y los tres sancionados, Ramis, Escalante y Pedro León.

Es decir, cuatro titulares habituales, cuya ausencia obligará a Mendilibar, que al menos recupera a Lejeune, a reinventar un equipo en el que también podría tener que prescindir de Enrich o Dani García, que acabaron fundidos el partido del lunes. Es probable, de hecho, que alguno de los chavales del Vitoria juegue de inicio. Y que cambie el sistema. Sarriegi, como ya hizo en la vuelta copera contra el Atlético, podría conformar un trivote en el centro del campo junto a Rivera y Adrián. Y Josué también puede tener opciones, si el técnico no ve suficientemente recuperado a Peña.

Oxigenación

Si Mauricio Pellegrino tiene quebraderos de cabeza será por lo contrario, por tener que decidir que futbolistas deja fuera del once y de la convocatoria, porque el técnico afronta el partido con la única baja de Víctor Laguardia, por la distensión en la rodilla que ya le obligó a abandonar el Gran Canaria nada más empezar el partido.

Así que los cambios, que se prevén, no lo serán tanto por obligación como por oxigenación, en una semana con tres partidos. En defensa, es previsible que Rodrigo Ely y Feddal se mantengan en el once, pero acompañados hoy por Vigaray y Raúl García. Algo parecido puede suceder en el centro del campo, donde seguirían Llorente y Manu García, con la entrada de Óscar Romero, Katai y Edgar, en sustitución de Víctor Camarasa, Toquero e Ibai Gómez.

No hay pistas sobre la punta de ataque, donde Deyverson y Christian Santos pugnan por la última plaza del once.

Un buen espejo en el que mirarse

Hubo intercambio de elogios entre los técnicos en la previa del encuentro. El anfitrión aseguró, de hecho, que el Eibar es «un buen espejo» para el Alavés, «afianzándose» en la categoría en unos primeros años que son los más difíciles.

Ya en el césped, Mauricio Pellegrino destaca que su rival trata de jugar de forma similar en casa o a domicilio, aunque en su campo es mucho más fuerte. Advirtió que el Eibar «tiene mucho oficio», «hace muy bien» el fútbol que practica y sabe «crear problemas a todos los equipos». «Vamos a tener que estar muy dinos en ataque para encontrar espacios y a nivel defensivo te exigen mucho», advirtió. GARA

Un rival diferente, para bien, al de la primera vuelta

El Alavés que recibirá hoy al Eibar no es el mismo que se llevó un punto de Ipurua en la primera vuelta. Así lo considera José Luis Mendilibar, que destacó la evolución de su rival.

«Ha mejorado. Empezó con ese puntito de miedo, de a ver cómo es la Primera –explicó–, muy colocado atrás, buscando la seguridad de que no te marquen y luego ya iremos adelante. Pero lo han ido cambiando, están siendo más alegres en el fútbol, llegan arriba y te complican la existencia». Y, sobre todo, tiene la característica que más le gusta al técnico. «Es un equipo muy competitivo. No te pierden por 3-0, compiten en todos los partidos».

El Eibar les hará frente bajo mínimos pero Mendilibar está convencido de que también será capaz de armar «un equipo competitivo. Y saldremos a intentar ganar». A.U.L.