Carlos GIL
Umore Azoka

LA CLASE MEDIA NIVELA LA MEDIA DE CALIDAD DE LA CLASE TEATRAL

SE MANTIENE LA INCERTIDUMBRE CLIMÁTICA EN LA UMORE AZOKA DE LEIOA MIENTRAS SE VAN LLENADO LAS PLAZAS Y CALLES DE NIñOS Y NIñAS, JÓVENES, FAMILIAS, CURIOSOS Y PROFESIONALES CON GANAS DE DIVERSIÓN Y EL DESEO DE DESCUBRIR ESE ESPECTÁCULO QUE SEA INCUESTIONABLE. NOSOTROS LO LOGRAMOS.

La tradición es que los viernes se celebra una ceremonia de entrega de premios, se reconoce la labor de alguien relacionado con el teatro de calle, en esta ocasión los treinta y cinco años de Trapu Zaharra, se come cordero asado a la vista y se beben quintales de bizkaiko txakolina. Los coreanos y los recién llegados son atrapados por el silente poder de este vino verde y declaran amor eterno a la feria.  Sí, es la clase media teatral, la que hace grande la media artística y la que llena la programación. Ya no hay grandes espectáculos, todo se va reduciendo a lo sostenible, a la supervivencia. Nos acostumbramos a ver ejercicios de ensayo, números estirados, el talento se encuentra en los pequeños detalles, en las excepciones. Eso andamos buscando, por recomendaciones o intuiciones. Haciendo muchos kilómetros cada día. Y el cuerpo se resiente. Y la mente resiste a duras penas. Y los corrillos nos traen rumores que deberemos confirmar. El ambiente interno está denso. Hoy lo que nos importa es lo que podemos disfrutar o simplemente confirmar que todo vuelve, hasta el pasado teatral convertido en novedad adanista. La edad. La memoria. Los ciclos. La renovación que parece una involución. Año tras año, en la calle o en los escenarios, con una capacidad infinita de indagación, de búsqueda, de colaboración con otros creadores, hacen de Kukai Dantza Taldea una de  las experiencia de las artes escénicas más sorprendentes, más impresionantes, más importantes de las artes escénicas vascas. De las artes escénicas globales. Es una programación excelente, un historial impecable, no hay casualidades, simplemente un actitud de producción y de creación artística que les lleva a probar estilos, a fusionarse con otros lenguajes, ya sea el clásico, el contemporáneo o como lo presentado en Leioa, junto a los catalanes de Brodas Bros, el hip hop de raigambre que conjuntamente han creado “Topa”, un espectáculo fresco, una explosión de energía renovadora, una celebración física, pero con una fusión técnica que logra una comunicación placentera al asistir a unos intensos minutos de talento, de fuerza, de técnica aplicada al espectáculo, que llega a los públicos de manera directa y que satisface por esa limpieza de rasgos, por una conjunción de lenguajes que se unifican y alcanzan un nivel superlativo. Una maravilla. Como público uno lo disfruta. Como analista uno lo aplaude sin rubor y entregado a su calidad. La coreografía la firman conjuntamente Jon Maya y Lluc Fruitós con una magnífica música de Jean Philippe Barrios.

Dicho lo cual, el resto de lo que uno ve queda convertido en una anécdota, en un esfuerzo, en una muestrario variado de opciones, lenguajes que van ocupando espacios y tiempo. En ocasiones con talento, otras con sensibilidad, la mayoría con ilusiones y esfuerzo. Iremos desgranando en próximas entregas este catálogo de esperanzas.