Pablo CABEZA
BILBO

Guns N’ Roses, la última gran banda del hard-rock

En abril de 2016 se formalizaba el regreso de Guns N’ Roses con la vuelta de Slash y Duff McKagan, otorgando a la banda un nuevo estatus, perdido en parte durante la época de Axl Rose al frente de unos erráticos, pero sólidos, GNR. El próximo 30 de mayo el grupo de Los Ángeles pasará por el estadio San Mamés de Bilbo con un, de momento, casi lleno.

La historia gruesa de Guns N’ Roses se escribe entre el final de los setenta y primeros ochenta en la ciudad de Los Ángeles. Por sus calles deambulan con malas notas en los estudios y trabajos en precario Slash, Axl Rose, Duff McKagan, Steven Adler e Izzy Stradlin. Cada uno busca el éxito en el que creen, ser lo que ya son o fueron Aerosmith, New York Dolls, Mötley Crüe, The Stooges, Hanoi Rock... una mezcla de proyectos sólidos y apuestas incipientes, aunque válidas para ellos. Tras numerosas experiencias de barrio, Axl Rose se alía con Izzy Stradlin, músicos que se conocen de su Lafayette natal, y Slash lo hace con Duff McKagan y Steven Adler. De estas alianzas juveniles, más complicadas que esta síntesis lineal, nacen L.A. Guns y Hollywood Roses para terminar fusionados en Guns N’ Roses.

Slash sueña con una banda tan grande como Aerosmith. Le atraen las pintas de Mötley Crüe, a quienes conoce de la ciudad, pero de ellos solo quiere su éxito primerizo, hallar el camino. El generoso guitarrista adora el hard-rock con glam metal, por lo que los setenta y los primeros ochenta son la base de su sonido. Ambiente compartido por el resto de sus compañeros, aunque, en realidad el creador de GNR fue Axl Rose, de hecho en el inicio de la banda Saul Hudson “Slash” no se encuentra aún en la baraja.

Tras editar una referencia previa menor, pero con veneno, el 21 de julio de 1987 se publica “Appetite for destruction”, que pronto se convierte en un número uno y en el disco debut más vendido de la historia con cerca de treinta millones de copias. De la feroz pegada del álbum en el pasado y en el presente aún dan cuentas las cifras de audición en Spotify: “Sweet child of mine” (229.812.077 audiciones), “Welcome to the jungle” (145.863.717), y “Paradise city” (142.581.085), las tres canciones pertenecientes al disco debut. Sigue en el orden “November rain” y “Knockin’ on heaven’s door”. La primera canción pertenece al disco “Use your illusion I” que junto a “Use your illusion II” forman un pack de considerable valor. GNR no se estanca, sino que ambiciona, cubre más terreno, y sale airoso de un complejo reto que va más allá del hard-rock. Es el año 1991, a dos de “The spaghetti incident?”, álbum de versiones, pura transición, y disco que supondría la salida poco tiempo después de Slash y McKagan. Slash no retoma GNR hasta 2001 y no entrega “Chinese democracy” hasta 2008, cuando en realidad comienza a gestarse a primeros de siglo. El “regreso” no es lo que los fans del hard y el metal esperaban, pero salvo algún corte cuestionable es un disco con muy buenas canciones y algunas interpretaciones y atmósferas espectaculares.

Lo seguidores en San Mamés querrán lo más clásico, las versiones bien “robadas”, pero GNR trasciende la esencia del hard y el metal. No habrá sorpresas, pero sí matices más fuegos artificiales.