Agustín GOIKOETXEA
BILBO

La tortilla de patata no tiene edad, pero sí algún secreto

La tortilla de patata volvió a demostrar que es el plato más popular de los que se cocinan en El Arenal, con 600 participantes. Desde adolescentes a nonagenarias se sumaron a un concurso que ganó Masus, de Bilbo, entre las 430 que tuvieron que ser catadas por el jurado.

Costó encontrar en El Arenal un hueco para plantar el hornillo donde cocinar una tortilla de patata, aún más difícil evitar los rayos de sol sin necesidad de sombrilla, pues fueron casi 600 participantes en la modalidad individual y de comparsas. De ellos, 430 fueron los platos valorados por el jurado, que se tuvo que emplear a fondo para catar y puntuarlos. El veredicto fue que la mejor tortilla era la de Masus, de Bilbo, seguido de dos presentadas por grupos de Mungia. Por comparsas, se impuso Sin Kuartel, por delante de Askapeña y Txinbotarrak.

Nuevo éxito del Gastronómico, cuyos organizadores de Bilboko Konpartsak y Makilaren Kofradia, vieron cómo las tortillas presentadas pasaban de las 335 del año pasado a las 430. Atrás quedan las 119 de 2007 con el hito de 2015, cuando se elaboraron 1.037 pero solo fueron a concurso 538.

De nuevo, muy significativa la presencia de platos de Uribe Butroe entre los primeros diez clasificados, lo que demuestra que saben de algún secreto para que sus tortillas de patatas sigan siendo más jugosas que otras. Ellos insisten en la calidad del huevo y del resto de ingredientes. Ayer, la zona donde se situaron estaba rodeada de curiosos, interesados en descubrir la «fórmula mágica». Complicado que se les escape el secreto.

Un paseo por el recinto festivo servía para captar la dimensión del concurso, con mesas bordeando el espacio destinado a quienes siguen a diario el concierto de la Banda de Música y cualquier recoveco junto a las txosnas. En uno de esas esquinas, cinco mujeres de avanzada edad picaban patata y cebolla observadas por varios jóvenes cuyos polos descubrían su procedencia. Se trataba de cinco personas que viven en la Residencia San Antonio, ubicada en la calle Pérez Galdos.

Mañana fuera de la residencia

Les propusieron bajar desde Indautxu a sumarse a la fiesta y no lo dudaron. Amables, explicaron que otro día de Aste Nagusia habían ido a las bilbainadas al parque de Doña Casilda, teniendo pendiente acudir a los toros y dar un paseo por el Casco Viejo.

«Alguno ya dirá ‘aquí están estas cuatro viejas’, pero nos lo estamos pasando bien», confesaban mientras se quejaban de los cuchillos y otros utensilios de cocina que les habían facilitado en el centro residencial. Maite Tejada, algo más locuaz, comentó que «antes» solía bajar a las fiestas, aunque nunca había participado en el concurso. «Hemos venido a ver chicos guapos», añadió con sorna.

En el corro, mientras continuaba cortando la patata, Purificación señalaba que a sus seis hijos «les gustaba la tortilla que les hacía en casa». Esta nonagenaria bilbaina exclamaba a sus compañeras: «¡Cuántas tortillas abre hecho a lo largo de mi vida!». Tejada apostilló que lo «importante es que nos quede jugosa», algo que perseguían todos los participantes.

Aburto en su salsa

También los integrantes de la Comisión Mixta de Fiestas, a los que se sumó el alcalde. No ganaron pero se divirtieron, según confesaron a los organizadores. Juan Mari Aburto, al igual que el resto de ediles, comparseros y el representante de Fekoor, no se perdió la cita, tampoco la txupinera, Ane Ortiz, y la pregonera, Nati Ovelleiro, incombustibles. Todos pelaron patatas, batieron huevos y participaron en la elaboración de la tortilla, un gesto para animar a todo el que lo desee a sumarse a la fiesta.

«Os puedo garantizar que está buena», dijo a los medios de comunicación convocados Aburto, quien nunca ha ocultado que le gusta cocinar y se le ve disfrutar cuando acude al Gastronómico. Ayer, fue el segundo día consecutivo en que se acercó, en esta ocasión para «salsear, trastear un poco en la cocina».