Las referencias a la historia del arte se combinan con personajes de la cultura de masas y escenas intrascendentes de la vida cotidiana; «son pinturas sin moraleja ni relato, que presentan situaciones que seducen y nos invitan a la especulación», cuentan desde el museo.

La muestra se completa con dos pinturas tempranas de Iñurrieta, pertenecientes a la Colección Artium.

Santos Iñurrieta (Gasteiz, 1950) desarrolló en su ciudad natal una intensa actividad pictórica en las décadas de los 70 y 80, participando siempre en la renovación del lenguaje artístico promovido desde la llamada Escuela Vasca y en concreto desde el grupo Orain, del que se le considera discípulo. En esa mima línea, fue también partíicipe de la evolución «de la compleja relación del papel del arte y los artistas en la realidad social y cultural», como indica Enrique Martínez Goikoetxea. «Cautivado por la experimentación pictórica, combinó abstracción y figuración, y más tarde una expresiva, kitsch, múltiple e irreverente que ha dado forma a su lenguaje actual».

Narración

En ese sentido, las obras recientes que Santos Iñurrieta presenta en “Ke usted lo pase bien” son intensamente figurativas y narrativas. «Como pintor soy totalmente naïf. (…) Utilizo esa técnica rudimentaria y ese dibujo bastote que poseo porque me vienen muy bien para narrar», aseguraba el pintor aseguraba en una entrevista.

En sus pinturas se suceden escenas y situaciones, paisajes exteriores e interiores entre «personajes que descansan reflexivos, participan en una acción cotidiana, comen, trabajan u observan una nueva pintura», «situaciones que seducen y nos invitan a la especulación».

Gran parte de esta exposición está constituida por obras de gran formato, pinturas de dos por dos metros y grandes trípticos, en los que presta especial atención a la composición de las escenas. A ese respecto, el catedrático Francisco Javier San Martín indica que «no tanto por su extensión física, el gran formato, ni siquiera por la multiplicidad de personajes y situaciones, sino por su valor compositivo centrífugo, los cuadros de Iñurrieta parecen aún más grandes de lo que son».

San Martín añade que «sus grandes trípticos no encierran una imagen que percibimos de golpe sino más bien una superficie que se va descubriendo paulatinamente, a través de una lectura sucesiva de objetos, personajes y escenas sabiamente dispuestos sobre el amplio soporte de la superficie».

El profesor concluye que «no cabe duda de que Santos Iñurrieta quiere impresionar al espectador con el tamaño y el formato de sus cuadros, pero le invita también a acercarse a los detalles, pegar la nariz al lienzo como ante una pintura diminuta». La exposición incluye también una breve selección de pinturas de menor tamaño y una serie de gouaches, todos ellos, como el resto de las obras, de reciente factura.