El pasado julio, el pico Beriain fue testigo del evento solidario más grande realizado en Euskal Herria. Cuatro días de verano de intenso trabajo para cerca de 6.000 voluntarios dispuestos a darlo todo por el festival y otros miles de aficionados a la música que disfrutaron de un programa intenso, descomunal, y en el que no perdieron de vista la base de todo: la denuncia por la dispersión y la ayuda emocional y económica a los familiares de los presos, castigados con largos desplazamientos, situaciones de estrés y un severo perjuicio a sus esforzadas economías.

Todo lo vivido y lo significado, lo presenta la organización de Hatortxurock mediante un libro de fotos donde se narra con explícitas imágenes el trabajo de los miles de voluntarios en cada una de las facetas asignadas, desde transportar fardos de paja a hombro como mantener limpio el amplio espacio o ayudar en las infinitas tareas que conllevó un encuentro de cuatro días con máxima audiencia. Las fotografías de Gari Garaialde, Ander Gillenea, Josu Trueba, Saioa “Gauilunak”, Ibai Arrieta, Eider Iturriaga, Josetxo Perez, Amaia Oca, Zuriñe Alava, Fermin Bidaurre y Dabid Sánchez recorren en busca del detalle cada hora del evento. Para todos los asistentes será el soporte que logren que nunca olviden que fueron parte de una gran historia. Además, una gran número de participantes encontrarán su mano levantada, su cara de cansancio, su rabia, su pasión... reflejada en las numerosas fotos de público bien paseando codo con codo a pie de escenario. El libro apaisado, con pastas duras, y papel cuché de alto gramaje, permite disfrutar al máximo de la calidad de las imágenes tomadas.

De otra parte, el director Iñaki Alforja ha recogido en un documental el enorme auzolan que hizo posible Hatortxurock 20. Y precisamente a través de las historias de veinte personajes, el director iruindarra expone las vivencias tanto previas al festival solidario como en los mismos días. El título resume a la perfección lo vivido: “Elkarrekin edozer dugu posible”.

Las primeras imágenes muestran a un águila otear el horizonte. La cámara recorre las campas de Lakuntza, los árboles divisorios. El verde rasurado transmite serenidad. Se escucha un piano, sobre sus notas se escribe: «Somos porque fueron, serán porque somos. El auzolan es el legado de nuestro pasado, la herramienta del presente y la llave del futuro». Se escucha el golpe de un corazón de fondo. La cámara sigue viajando con el águila, al fondo la sierra de Urbasa-Andia. «HTX20. Juntos lo podemos todo», mientras evocativamente el objetivo termina su recorrido aéreo sobre el referencial pico Beriain.

La cámara entra dentro de un coche camino de una prisión “dispersa”: «Cuando hay niños –comenta la interlocutora– intentamos hacer el viaje más bonito, haciendo cosas especiales para ir con ganas. Pero entendemos y entienden que no es una situación normal. Todos tienen a sus padres en casa y tú teniendo que ir cada mes hasta la otra punta para ver a tu padre o a tu madre. Y una vez al mes estás una hora con tu padre. Antes íbamos con una niña de dos años y cuando veía la parte delantera de la cárcel decía: aita, aita. Allí estaba el padre o la madre y entienden que no pueden vivir con ellos, que están allí, en la cárcel. Lo normal es que entre familiares y amigos semanalmente tengan que viajar fuera 370 personas». Sucesivos carteles indicarán que se va camino de Zaragoza, después Comunitat Valenciana, Castellón.... Finalmente una señal avisa de la desviación hacia Albocàsser. Centro penitenciario. Una mole blanca, 500 km de viaje y diversos peligros por el camino. Los relatos continúan desde diferentes ángulos y situaciones.

Veintiuno

Respecto al festival de mañana 16, la lista de conciertos de la izquierda es elocuente. De principio a fin sin desaliento y con una oferta arrebatadora. Y si el tiempo no acompaña, la carpa asegura confort a esta fiesta-solidaria. Entradas, libro, video, biografías, todo en www.hatortxurock.eus.