Mikel Kintana y Juan Mari Zulaika
Miembros de Ekoneus

¿Para qué adelantar la Ley Vasca de las Cajas y Fundaciones Bancarias?

En enero de este año presentó el Gobierno Vasco un Anteproyecto de Ley de Cajas y Fundaciones Bancarias de la Comunidad Autónoma de Euskadi para su discusión en el Parlamento. En Julio han vuelto a presentarlo con algunas correcciones. El objeto de ambos es el de  adaptar la legislación autonómica a la ley estatal de diciembre de 2013 sobre el tema.

Llama la atención que el Anteproyecto se presente ahora, cuando nos encontramos en vísperas de unas elecciones generales en el Estado, que pueden dar lugar a un cambio importante en el mapa político.

Debemos tener en cuenta que la aprobación de la Ley por el Parlamento central se hizo con los votos del PP apoyados por UPN y el PNV. Este partido en una ocasión se vanaglorió de haber introducido ciertos cambios en el texto que beneficiaban a Kutxabank. El PSOE, entre otros, se abstuvo.

Posteriormente, incluso el PNV, tuvo que oponerse a una modificación realizada por Rajoy, en mayo de 2014, porque introducía una trampa para que en el futuro Kutxabank pase de estar tutelada por el País Vasco, a ser supervisada por el Estado central; por lo que debe estimarse que el PNV debiera apoyar cualquier iniciativa que mejore dicha ley.

La aparición de nuevas fuerzas emergentes auspicia la desaparición de la mayoría absoluta del Partido Popular. De conversaciones tenidas con los nuevos partidos,  Ekoneus concluye que éstos estudian incluir en sus programas propuestas para modificar la citada ley.

Por otra parte, aún sigue sin conocerse la prometida circular que el Estado tiene pendiente de publicar desde Febrero, por lo que se desconoce cómo regulará la obligación de dotar un fondo de reserva que puede afectar a la obra social de las antiguas cajas de ahorros, si quieren seguir manteniendo la propiedad de Kutxabank como hasta ahora.

Es ésta la otra espada de Damocles que amenaza a las cajas vascas, que cada cierto tiempo, cuando le interesa, blande el gobierno de Rajoy.

Mientras tanto, comprobamos que se van proponiendo nuevas ideas sobre instrumentos de financiación que abren a los gobiernos autónomos la posibilidad de tomar decisiones independientes de los grandes grupos financieros que miran únicamente por sus beneficios, olvidando el bien social de la comunidad, al negar la financiación a empresas que pudieran desarrollar un tejido industrial, fundamental para el devenir de Euskadi. Ahí están como ejemplos, la propuesta del Gobern de crear un Banco Público a partir del Instituto Catalán de Finanzas, o los sindicatos UGT y CCOO que han planteado la necesidad de una banca pública que haría más fácil superar la crisis.

Analizando el anteproyecto presentado en julio con relación al de enero, nos llama la atención el que de 40 aportaciones presentadas por el conducto oficial “Irekia”, de las que solo dos eran favorables al proyecto, ninguna de las mismas haya sido considerada. Por cierto, no se sabe qué enmiendas presentaron las cajas de ahorros.

Por el contrario, sí se han introducido cambios que favorecen a  posibles futuros accionistas privados, al reducir las condiciones de la distribución de los dividendos del banco Kutxabank a la Obra Social, que quedarían en su mayor parte para los futuros accionistas, tal como parece que proponían los patronatos de las cajas. Esto supone una reducción de los fondos para la Obra Social, primer objetivo con el que se crearon las cajas, confirmando la tendencia actual. Con esta medida el banco se hace más apetitoso para los futuros compradores.

Por todo ello, creemos que la presentación del anteproyecto en estas fechas, hasta no conocer los resultados que depararán las elecciones generales del próximo otoño, está totalmente fuera de lugar.

Así mismo, pedimos que se analicen con atención las nuevas posibilidades que puedan presentarse sobre la viabilidad de un Banco Público Vasco.

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