Javier Orcajada del Castillo

La diferencia es una característica y un valor

La forma de alimentarnos los vascos nos ha diferenciado siempre: el queso de Idiazábal, el bacalao al pilpil o a la vizcaina, los pimientos de Gernika y Lodosa, la merluza de Ondarroa, el txakoli de Getaria, el gâteau basque, las antxoas de Santurtzi, las patatas de Araba, las erretegiak de Astigarraga, los espárragos de Tudela, la goxua, la putxera de Balmaseda, Nuestros cocineros acaparan las estrellas de la Guía Michelin: Arzak, Argiñano, Subijana, Aduriz, Berasategi, Atxa… Pero, no sólo de pan vive el hombre: en el deporte se nos considera una potencia, si se tiene en cuenta que somos una nación con menos de 3 millones de habitantes. Tenemos 4 equipos de futbol en primera división, el 20% de todos los que componen la Liga española. Montañeros de élite, como Oiarzabal, Bereziartua, Iñurrategi, Pasaban, hemanos Pou, Martin Zabaleta, Txikon… La mitad de los montañeros federados españoles son vascos. Surfistas de la máxima categoría, como Aramburu, Yeregi…, la Ola de Mundaka. Pelotaris como Barriola, Olaizola, Rezusta, Irujo, Bengoetxea, Goikoetxea, Txikito de Bolívar, Txurrula, Chino Bengoa. Somos élite en toda clase de deportes, pero también desarrollamos la mente. Escritores reconocidos, como Unamuno, Baroja, Atxaga, Pintores y escultores: Zuluaga, Arrue, Arteta, Zubiaurre, Barrueta, Basterretxea, Txillida, Oteiza… Cantantes y músicos como Arteta, Sarasate, Gaiarre, Lertxundi, Laboa, Ravel, santos como Ignacio de Loyola, Francisco Xavier, Berrio Otxoa, Museos como Guggenheim, Arte Ederra en Bibao, Atrium en Gasteiz, Kursaal en Donosti, Baluarte en Iruña. Nos prestigian intelectuales y científicos como Mitxelena, Etxenike, Innerarity, Arrupe. Defensores de la justicia: Jon Sobrino, Ellakuria, Manuel Irujo, José Antonio Agirre. Cierto es que hemos tenido traidores, como Goikoetxea que entregó a los sublevados los planos del cinturón de hierro de Bilbao. El Conde Lerín o Ignacio de Loyola, quien luchó contra las libertades del pueblo vasco. Poseemos un elevado nivel de formación equivalente al de los países más avanzados de Europa. Amamos el euskara y lo aprendemos con esfuerzo para conservarlo como tesoro reconocido por la humanidad, salvo en España. Somos diferentes porque valoramos la libertad, lo que nos ha generado mucho dolor por parte de los que nos han dominado tradicionalmente. Pero finalmente los vascos lograremos que estas diferencias se materialicen y seremos lo que decidamos democráticamente como pueblo libre.

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