Javier Orcajada Del Castillo

Lecciones de la diplomacia española

El prestigio internacional de España ha sido liderado por los sucesivos ministros del Palacio de Santa Cruz. Serrano Suñer, con habilidad mantuvo la dignidad nacional a pesar de que fuimos injustamente expulsados de la UNO porque las democracias ignoraban el lema de José Antonio Primo de Rivera: «España: portadora de valores universales». Su esfuerzo fue finalmente recompensado, pues se firmó el tratado de defensa mutua con EEUU, base de la política exterior de USA que fundamentó la paz y prosperidad internacional amenazadas por las hordas de la URSS. Ejemplar el proceso de descolonización de nuestros territorios en Guinea Ecuatorial. Actuamos con respeto a los derechos de los pueblos hermanos abandonando con dolor y generosidad IFNI sin tiros ni bajas. La salida del Sahara Español, en la que nuestros valerosos soldados, acosados por bandas armadas de Marruecos, retirándose estratégicamente, ayudando a nuestros hermanos sahauríes a iniciarse con dignidad como país soberano. La política fraternal con los países de Hispanoamérica se sella para siempre con la Hispanidad. Nuestra participación en la OTAN marca el inicio para el reconocimiento internacional en misiones de paz conjuntamente con las democracias. Enviamos tropas en misiones de paz a defender la democracia en Irak; en Afganistan enseñamos el valor de la paz con armas de guerra... La hazaña del desembarco en la Isla del Perejil elevó exponencialmente nuestro prestigio. En las Azores se reunieron nuestro Presidente Aznar con Bush y Blair para derrocar al sátrapa Hussein, arrasando Irak. Nuestras valerosas tropas están presentes en misiones humanitarias donde se nos solicite siempre al servicio de la paz. El ministro, García Margallo, prestigia nuestra patria acudiendo sin descanso donde se defienda la dignidad y el honor. Negociamos para que Gibraltar vuelva a la patria usurpada por tropas inglesas hace 300 años, aunque nunca aceptamos tal humillación. Asegura nuestro prestigioso diplomático que la rojigualda hondeará en menos de cuatro años en el Peñón. No obstante, el separatista Ministro Principal, Fabian Picardo, ha retado arrogante, que ni en cuatro ni en cuatro mil años. Para España, Gibraltar es una herida sangrante y su recuperación cuestión de estado.

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