Sepulcros blanqueados
Estamos viviendo un año de precampaña electoral continua, llena de sobresaltos. Los medios de comunicación, con su bombardeo ininterrumpido de noticias contradictorias entre sí, tiene perpleja a la buena gente. Los niveles de credibilidad de la casta política, de los gurus de la economía y las finanzas, e incluso de influyentes sectores de la jerarquía eclesiástica, están bajo mínimos. ¿A quién podemos creer? ¿Cómo desenmascarar a tantos y tantos sepulcros blanqueados, que andan por ahí luciendo elegancia y contando maravillas?. ¿Nos dejaremos engañar, una y otra vez, por embaucadores que jamás practican lo que predican?. ¿Tan atrapados estamos en un... que me quede como estoy, individualista, egoísta y timorato?
Me da pereza repetir los nombres de expolíticos de élite, financieros y empresarios sin escrúpulos, jerarcas católicos, etc. . Unos más que otros, están todos los días en los medios. Demasiado cerca, aunque solo sea virtualmente. ¿No apesta la podredumbre que las insaciables ansias de dinero y poder ha ido dejando en su interior?. La figura retórica que titula este breve comentario, les va como anillo al dedo. Tratemos de escapar, cuanto antes, de su buenismo y de sus cantos de sirena, para no seguir tropezando siempre en la misma piedra. El zorro nunca acabará cuidando del gallinero. ¿No va siendo hora