Fernando Ramírez Pérez

Vividor

A todos aquellos que no paran de repetir el mantra de que los refugiados, la gente que viene de fuera se aprovecha de las ayudas, que nos roban y viven de puta madre mientras a nosotros no nos ayudan. A todos esos cobardes faltos de empatía, a todos esos encantadores de serpientes que tratan de envenenar nuestras mentes atacando a los más vulnerables, poniendo siempre la sospecha y la duda sobre personas indefensas, humanos que huyen del terror, la miseria y la violencia.

Les digo: ¡estoy harto! Vosotros no odiáis otras etnias, no os molestan otras culturas, ni siquiera odiáis a los que roban, vosotros odiáis a los pobres y os da grima la miseria, tenéis miedo de reconocer que la situación por la que pasan esas personas bien podría ser la vuestra si cambiasen las circunstancias, ¡dejad de escupir veneno por vuestras bocas! Esta gente no puede ser el escudo de vuestros problemas, de vuestros miedos y de vuestras miserias, ¡basta ya! 
Dejad de idolatrar, aplaudir y pagar por ver a extranjeros que roban simplemente por tener más, solo odiáis al emigrante que es pobre y vertéis sobre ellos toda la culpa por no estar satisfechos con vuestras propias vidas.

Dejad de idolatrar el poder y el dinero, intentad comprender el porqué de vuestro miedo y si nada de esto funciona y seguís envidiando sus vidas, siempre podéis dejar vuestros trabajos, regalar vuestras casas y vuestros dineros, abandonar vuestra tierra y familia y con un piraucho de esos que seguro tienen tus niños, cruzar el océano en pleno invierno con la única intención de robar una ayudita de unos pocos euros y pegarte la vida padre. ¡Buen viaje vividor!

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