Constatación de un fracaso tras seis años

Tras seis años de prisión, cumplidos hasta el último día, Sonia Jacinto, Miren Zabaleta y Arkaitz Rodríguez regresaron a su país, con las mismas convicciones con las que ingresaron en prisión y por las que fueron severamente castigados. La operación contra ellos tres, Rafa Díez y Arnaldo Otegi y su encarcelamiento no logró su objetivo, y los tres ayer liberados son la clara constatación de ese fracaso.

Nadie duda, y menos quienes decidieron detenerlos y procesarlos, de que los cinco del llamado «caso Bateragune» estaban comprometidos en impulsar el cambio de estrategia de la izquierda abertzale y la apertura de un proceso de paz normalización. Y que precisamente por ello fueron detenidos y procesados en un intento de abortar el comienzo de ese proceso, si bien a la postre aceleró su puesta en marcha. Seis años después, el Estado español continua empecinado en evitar cualquier avance hacia la resolución, sin desactivar su maquinaria represiva, aferrándose a viejos esquemas que no se corresponden con la realidad. Una realidad que evoluciona hacia un escenario de paz y normalización del que se muestra temeroso porque en él no tienen cabida la fuerza y la intimidación, terreno en el que mejor se desenvuelve, en términos bélicos, de vencedores y vencidos, sin solución de continuidad desde hace muchas décadas. Por eso, a nadie le pueden extrañar las palabras de Rodríguez a su salida de prisión asegurando que el Estado no quiere la paz porque piensa que le hace débil. Ciertamente, lo piensa y lo demuestra.

Al recuperar la libertad, Jacinto, Zabaleta y Rodríguez se reafirmaron en su compromiso con la paz, así como con el proyecto de construcción nacional y social de su país. A su salida encuentran una situación complicada, con una actitud por parte del Estado entorpecedora del mínimo avance hacia la normalización, pero también una sociedad que demanda crecientemente ese escenario de solución al que ellos han contribuido hasta el padecimiento, y su proyecto político mucho más lejos de la derrota que hace seis años.

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