Un manifiesto claro, ahora con firma catalana

El manifiesto “Libertad para Arnaldo Otegi, presos vascos a casa”, presentado en el Parlamento Europeo el pasado 24 de marzo por numerosas personalidades de reconocido prestigio internacional supuso un importante impulso a la campaña por la libertad de Arnaldo Otegi y el resto de presos vascos. La adhesión al manifiesto, ayer, de nombres referenciales de la sociedad catalana supone una nueva y notable aportación cuantitativa y cualitativa, en consonancia con la larga  y plural lista de firmantes en Euskal Herria.      

La solidaridad y el compromiso con el proceso que en este país se abre paso entre constantes ataques ha traspasado fronteras y va haciéndose un hueco en la agenda internacional. Son cada vez más quienes encuentran incomprensible la postura de los gobiernos español y francés respecto al proceso vasco. Incomprensible desde una lógica democrática, política, entendida como la búsqueda de soluciones en términos precisamente democráticos. Pero comprensible desde espurios intereses políticos incompatibles con dicho proceso, por lo que no dudan en atacarlo constantemente mediante medidas inspiradas por la venganza y la soberbia consustanciales a su planteamiento de vencedores y vencidos. La situación de Arnaldo Otegi y sus compañeros y compañeras plasma perfectamente esa actitud, porque confluyen en ella tanto el intento de hacer fracasar el proceso de paz y normalización, criminalizando a quienes lo han liderado, como el ensañamiento con todos los presos y presas vascos y sus familiares.

El intento de hacer fracasar una apuesta por la democracia y la paz y por la participación de los ciudadanos aparece cada vez más nítido ante los ojos del mundo. Tan claro como el manifiesto que desde ayer cuenta con la adhesión de esa representación de la sociedad catalana por Otegi y el regreso a casa de los presos y presas vascos, por la resolución que las gentes de este país demandan y en justicia se les debe. Así lo entienden también en Catalunya.

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