Cuatro comparsas de gigantes se apiñaron ayer junto a las puertas del Ayuntamiento. Querían sacarse la foto con una estelada y saludar así a los catalanes que pelean en las calles por su independencia. La foto no llegó a quedar redonda, pues se congregó tanta gente que la multitud se comió a los fotógrafos y estos quedaron en medio de la concentración, incapaces de retratarla entera. El ruido de bombos y de txarangas callejeras acalló el sonido de unos gaiteros que tocaban “L’Estaca” de Lluís Llach desde el portalón municipal. Ya desde la mitad de plaza, el ruido era confuso pues se mezclaban demasiadas melodías a la vez. Algunos se arrancaron con un «¡Votarem!» y luego se impuso el tradicional grito de «Independentzia». Cuando acabó el acto de la dinámica AsCATasunera, miembros de las distintas comparsas tuvieron que abrir paso entre gritos para que sus gigantes pudieran continuar callejeando por la ciudad.

En realidad, todo Alde Zaharra era un bullir de gente y las calles atestadas eran tónica general. Hace tiempos que este San Fermín de setiembre ha cumplido la mayoría de edad y el respaldo que ahora tiene rivaliza ya con aquella edición de hace 39 años, cuando hubo encierros organizados por el Ayuntamiento, tras haberse suspendido los sanfermines por la muerte de Germán Rodríguez.

Desde la comisión de fiestas manejan con cabeza el auge de estas fiestas populares, ampliando la zona de actuaciones para descongestionar Nabarreria. También están disminuyendo las actividades que generan ruido en las calles estrechas y, en general, la apuesta pasa por potenciar el espacio festivo del auzogune en el parking de las huertas de Santo Domingo, pues la afección de la música en esa zona, donde apenas hay vecinos, resulta mucho menor.

Como segunda fiesta en importancia de la ciudad, San Fermín Txikito cuenta con punto de atención ante agresiones sexistas. Los símbolos de las campañas de concienciación contra este problema eran bien visibles entre la gente, aunque esta vez rivalizaban con camisetas, banderas y guiños del proceso de emancipación catalán.

El puesto de atención sobre violencia de género abrió mañana y tarde y en él dieron asesoramiento técnicas en igualdad. En paralelo, funcionaba un servicio de atención ininterrumpido a víctimas.

Ambos servicios se combinan con el que se ofrece desde la nueva oficina LGTBI de Iruñea, Harrotu, ubicada en la calle San Nicolás. La idea del Ayuntamiento es montar dispositivos similares en el resto de fiestas de la ciudad.