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IKUSMIRA

No todos son Hacienda, digan lo que digan


Al margen de la estrategia del Gobierno del PP sobre quiénes somos Hacienda para salvar de la quema a la hermana del rey de los españoles en el caso Nóos, la realidad muestra que Hacienda somos los que pertenecemos a la clase trabajadora y pocos más; el resto, los menos, pero los más ricos, no son Hacienda. Porque pagan poco o nada, y les importa un pimiento.

Prefieren tener el dinero a salvo en paraísos fiscales, en bancos que guardan a cal y canto los secretos millonarios de unos pocos y de quienes utilizan sus fortunas para eludir el pago de impuestos.

Por lo tanto, apelar al «somos todos» es una de las mayores inocentadas que he escuchado y que veo y leo en los carteles de publicidad más o menos al tiempo que toca hacer la declaración de la renta.

La realidad confirma, según el informe de la Hacienda integrada de la CAV, que son las rentas más altas las que se benefician de las reformas fiscales. Cada vez pagan menos, porque se aprovechan muy bien del sistema que juega a su favor. Año tras año las rentas de trabajo declaran el doble de ingresos que las actividades económicas y empresariales. En el Impuesto de Sociedades, el 70% de las compañías no paga y el resto lo hace a un tipo efectivo que no pasa del 16% (cuando lo tendrían que hacer al 30%), pero las más grandes –esas que han aumentado su presencia de oficinas en paraísos fiscales– solo tributan al 6%. Todas las reformas y las modificaciones fiscales se hacen para que quien más tiene pague menos. Y, desde luego, el Concierto Económico no ha sido ejemplo de lo contrario.