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IKUSMIRA

Mano tendida y puño cerrado


Catalunya ha puesto en marcha la legislatura que debería llevar a la desconexión del Estado español y lo ha hecho con un acuerdo a última hora entre Junts pel Sí y la CUP en el que poca gente confiaba. De hecho, hace menos de dos semanas los cupaires eran tildados de traidores o de ser marionetas del CNI.

A destacar, el bombardeo machista que ha sufrido la diputada Anna Gabriel desde medios de comunicación o redes sociales. La Catalunya independiente también se deberá construir junto a esta gente y es que la independencia no es más que un paso intermedio hacia un cambio mucho más amplio. De hecho, han querido remarcar que la investidura no es un cheque en blanco y las hachas, pese a encontrarse enterradas, están a mano.

La CUP ha apurado los tres meses y medio para hacer política como mejor sabe. Discutir y debatir, una política lenta en la que muchos se sienten incómodos. Este proceso también ha puesto más de relieve que nunca las dos líneas existentes dentro de la esquerra independentista. El trabajo asambleario se presta al debate y ello remarca dichas diferencias.

No hay que olvidar que a diferencia del resto de formaciones políticas, para la CUP el Parlament de Catalunya es tan solo una asamblea más, mientras que el eje y centro de sus políticas está en la asamblea de la calle. Pese a ello estos debates callejeros han logrado modificar la mayoría de los discursos del Parlament, hasta el punto de hablar de independencia, ruptura o choque social. Ante ello, mano tendida y puño cerrado.