Unos redobles, pero que no nos coma el ansia

Tarero, tarero. Tengo un amigo que defiende que lo peor es el ansia. Más de dos décadas esperando la nueva estación de autobuses, podremos aguardar un poco más.

Inaugurarla justo antes de San Sebastián y del arranque de la Capitalidad Cultural era una foto golosa, así que alguien decidió convocar a los medios a pesar de que la primera prueba de extracción de humos había sido un fiasco. El ansia.

Tampoco nos vamos a rasgar las vestiduras, los protocolos de seguridad han funcionado, que es de lo que se trata. Eso sí, muchos nos preguntamos qué declaraciones y titulares se hubieran escuchado y leído si esto llega a suceder con el anterior alcalde.

Tarero, tarero. A un bar de la Parte Vieja le han sancionado con una semana sin terraza, después de haber sido denunciado en varias ocasiones por sobrepasar el espacio autorizado. Ni corto ni perezoso, ha colocado un cartel en el que acusa a los vecinos de poner en peligro puestos de trabajo. O barra libre o aténganse a las consecuencias. Días antes se retiró otro permiso –obtenido con recomendación de uno de nuestros gobernantes– a una terraza mucho más grande de lo permitido.

Tarero, tarero. Cuentan que en la fiesta de la tamborrada infantil, celebrada en el Victoria Eugenia, el representante municipal se marcó un discurso casi exclusivamente en castellano. El txantxangorri del euskara no salió a volar.

Tarero, tarero. Hoy no me busquen por estos lares, que es día grande y no va a llover. ‘Gu beti pozez, beti alai’, dice la Marcha de San Sebastián. Pues eso, a disfrutar.