MAR. 24 2016 PROCESO DE ELECCIÓN DEL PRESIDENTE ESPAñOL COMO HÁMSTERS CORRIENDO EN LA RUEDA DE LA INVESTIDURA PEDRO SÁNCHEZ Y PABLO IGLESIAS NO ENCONTRARON UN HUECO AYER EN SUS AGENDAS PARA CUADRAR UNA REUNIÓN Y SE CONFORMARON CON UNA CHARLA TELEFÓNICA. EL DÍA 30 VOLVERÁN A INTENTAR SENTARSE JUNTOS. MIENTRAS, LA SENSACIÓN ES LA DE UN ETERNO «DÍA DE LA MARMOTA» QUE CONDUCE A NUEVAS ELECCIONES. Last update: MAR. 24 2016 - 09:10h Alberto PRADILLA «Somos como hámsters corriendo en una rueda sin contar nada nuevo». La metáfora, de la periodista de ETB Amaia Etxezarreta, sirve para ilustrar la frustración de estas eternas jornadas laborales en las que, supuestamente, se deberían contar los pormenores de la negociación para investir al presidente español y que, sin embargo, terminan exactamente igual que comenzaron: con una inmensa y gigantesca nada. Sustancialmente, poco ha cambiado desde el 20 de diciembre. Sin embargo, los medios de comunicación se han convertido en el escenario de un teatro donde los anuncios tienen mecha muy corta y en el que ya no sorprende que una propuesta nazca con la fecha de caducidad del día siguiente. El encuentro fallido entre el líder del PSOE, Pedro Sánchez, y el secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, entra dentro de ese «Día de la Marmota» en el que, a fuerza de repetirse, se agotan hasta las fórmulas para repetir artículo. La previa de la reunión, reducida a conversación telefónica, se enmarca en la más pura tradición del esperpento de Valle-Inclán. En un primer instante, Sánchez declinó reunirse con Iglesias, considerando que ya se habían encontrado una vez y que, entonces, correspondía a los equipos negociadores tomar la iniciativa. Eso fue antes de la investidura fracasada en la que el aspirante solo logró sus votos, los de Ciudadanos y el de Coalición Canaria. A pesar del varapalo, aún aguantó el tipo el secretario general del PSOE y, para protegerse ante un «cara a cara» que no le convence demasiado, puso como condición llevarse a Albert Rivera de carabina. Al final, quizás tras ser consciente de que en el juego de la opinión pública no hace falta querer el diálogo sino aparentar que lo deseas, aceptó reunirse. En principio, ambos líderes iban a encontrarse antes de Semana Santa. Los días iban pasando y nadie anunciaba una fecha concreta. Lógico que no se concretase: no se llevó a cabo. Ayer, Sánchez e Iglesias se limitaron a charlar por teléfono durante media hora previo mensaje de Telegram, que es la versión sofisticada y política de Whatsapp. El argumento de que «no habían sido capaces de cuadrar agendas» suena a cuento chino. En principio, se entiende que su mayor responsabilidad es negociar para alcanzar un gobierno. Así que, ¿tendrían ambos algo más importante para hacer que reunirse con quien, supuestamente, aspiran a compartir gabinete? Todo ello teniendo en cuenta que Mariano Rajoy, que todavía es presidente, dejó claro en su conversación de enero con el falso Carles Puigdemont que tenía «toda la semana libre». Es decir, que el inquilino de La Moncloa en funciones tiene más tiempo para el solaz que dos diputados cuya principal aspiración es relevarle en el cargo. ¿Otra disposición? De lo que hablaron por teléfono tampoco hay grandes novedades. Fuentes de ambos partidos remarcaban la «disposición al diálogo» y el análisis compartido de que es necesario un gobierno alternativo al PP. Hasta ahí, todo correcto. El problema es que tanto Sánchez como Iglesias siguen apostando por recetas antagónicas. El primero asegura que ya ha incluido buena parte de las reformas necesarias en el pacto con Ciudadanos. El segundo aboga por un ejecutivo «a la valenciana», lo que excluye a Albert Rivera. Básicamente, el mismo punto en el que se encontraban antes de hablar. Habrá que ver si la cita del 30 de marzo sirve para mover las posiciones. Quien tiene más prisas es Sánchez, al que se le echa el tiempo del partido encima y, si no logra algo consistente, puede encontrarse con que Susana Díaz presenta en 15 días su candidatura a sucederle al frente del PSOE. Fuentes de Podemos indicaban que el tono había sido «diferente», aunque fuese por teléfono. Por el momento, seguimos como hámsteres corriendo en la rueda de las nuevas elecciones el 26 de junio. Ezker abertzaleko hainbat antolakundeko kide ezagunak eseri ziren lehen ilaran; atzean, gazteak