APR. 21 2016 IKUSMIRA El que se pica ajos come (largas ristras) Martxelo Díaz Periodista Txelui Moreno recurrió al latín a las puertas de Chinchilla. «Excusatio non petita accusatio manifesta». O lo que es lo mismo, «el que se pica ajos come» de toda la vida. Dibujar un mural en Burlata supone que policías encapuchados te detengan y te lleven a comisaría bajo la acusación de que has injuriado a los cuerpos policiales. En Nafarroa estamos acostumbrados a estridencias judiciales. Hasta el punto de que el martes todo el mundo daba por hecho que la persecución se debía a un juez concreto, especialmente mediático. La sorpresa fue cuando desde los tribunales llegó un WhatsApp en el que Fermín Otamendi negaba tener nada que ver con la detención de ocho personas. Fue el ministro español del Interior, no se sabe si aleccionado por el ángel tocayo, quien dio las explicaciones. No hay impunidad para las injurias. Aunque nadie más las vea. Es el mismo ministro que la semana pasada visitó Iruñea para entregar una bandera española para colocar en la comisaría de Chinchilla. La misma bandera que el martes se enganchaba en el mástil y que los funcionarios trataban de desenredar usando un palo de escoba. Lo malo de bajar una cuesta en una bicicleta sin frenos es que no se puede parar. Se empieza persiguiendo un mural y se continúa criminalizando a un juez de la Audiencia Nacional. ¡De la Audiencia Nacional española! Como dijo ayer Gorka Mayo, solo falta que se persiga, detenga y humille al Tribunal de Estrasburgo y al CPT, que según el ángel Marcelo también habrían injuriado.