JUN. 03 2016 IKUSMIRA Política industrial a futuro Last update: JUN. 03 2016 - 09:28h Iñaki Soto Director de GARA La confirmación de que a partir de 2018 se fabricará un segundo modelo de Volkswagen en Landaben es, sin lugar a dudas, una gran noticia. El martes, en una entrevista en Nafar Telebista, la lehendakari Uxue Barkos anunciaba que pronto habría buenas nuevas en materia económica. Aunque prevista, la confirmación es una prueba más de que la estrategia apocalíptica que predica el ancien régime es tan necia como sus apóstoles. El tejido industrial navarro está condicionado por la anterior ola de reconversiones y privatizaciones. En lo macroeconómico, Nafarroa no salió del todo malparada, en parte porque las multinacionales que adquirieron las factorías históricas son alemanas. En otra parte, porque la razón de estado engrasó la maquinaria. En lo micro, no obstante, los traumas de aquellos negocios tienen nombres de ERE, huelgas y traiciones. Todo derivó un sistema clientelar alimentado por empresarios, sindicatos afines y gobierno. En Volkswagen hubo un momento en el que el sindicato mayoritario, UGT, tenía menos votos que afiliados. Un Ejecutivo que vetaba el euskara llegó a rotular señales de tráfico en bilingüe… alemán-castellano. El empresariado, rentista y dilapidador, cambió tenis por squash, luego por pádel, y poco más. En sus páginas 39-43 el Acuerdo Programático firmado por las fuerzas del cambio marca espíritu y pautas en política industrial. Diría que se está cumpliendo razonablemente. Tal y como señala el acuerdo –que está a la altura de lo que costó forjarlo–, es crucial buscar un modelo endógeno, sostenible, avanzado y equilibrado, social y territorialmente. Y romper con el clientelismo.