Me meto de coz y hoz en un debate insuperable de procacidades y desmemorias. La función de la televisión pública en estos tiempos de acoso comercial. Recorrer las programaciones de nuestra ETB y compararla con la del resto de autonómicas, es comprender lo que significa el consenso político desde el no pensamiento. Parece que todavía se puede mantener sin rubor argumentos de los años ochenta del siglo veinte, mientras la evolución de las tecnologías han hecho que estos papeles sean casi una leyenda y las programaciones generalistas una reliquia audiovisual con el vídeo 2000.

Cuando se debate sobre cómo debería ser una televisión pública siempre se pone de referencia a la BBC. Y yo pregunto a los presentes, ¿alguien me puede explicar qué se debe copiar de la BBC actual para mejorar? Quizás su estructura general, la elección de los directivos, el que se sostiene de un canon, ¿qué? ¿La supuesta libertad de sus informativos, la producción propia, el gran número de canales que la convierten casi en un organismo central de producción audiovisual?

Así se enseñan datos de audiencia cuando son favorables y se esconden cuando son negativos, estamos en el juego mercantil, no en el juego de servicio público que de alguna manera justificaría la existencia de los medios audiovisuales públicos, asunto que yo pongo siempre en cuarentena, porque creo que debería ser una televisión pública, dura, estrictamente pública con contenidos desde la perspectiva de lo público, al servicio de la ciudadanía en general, no solamente a los anunciantes y los productores amigos. No competir en lo comercial, sino en lo singular, en lo educativo. Y si tiene los datos de audiencia de ETB-1, defenderlos, saber las razones por las que son de ese rango y mantener la coherencia programática.