No le tocaba dar recitales a Fermin Muguruza Ugarte, sin banda y metido en nuevos líos creativos en Barcelona. Pero cuando el organismo público Donostia Kultura decidió otorgarle el Adarra Saria 2017, que conlleva una actuación en el Victoria Eugenia, sabíamos que habría concierto. Siempre tiene una carta en el sombrero y ha vuelto a demostrar capacidad de reacción contando esta vez con su conexión catalana: la formación femenina (20 mujeres-1 hombre) Micaela Chalmeta –nombre de una cooperativista socialista y feminista de comienzos del siglo XX– Big Band, del Taller de Músics, dirigida por el trompetista David Pastor.

Tras los galardones anteriores (Laboa, Ordorika, Lertxundi) el premio da otro paso cronológico porque el rockero irundarra, con 54 años, representa una tercera generación. A teatro casi lleno, el aplaudímetro reventó en el largo recibimiento en contraposición a los pitos que oyó el alcalde Goia, quien también escuchó la reivindicación de gaztetxes (Kortxoenea) y locales musicales (Le Bukowski) por parte del premiado. Sea por la emoción del evento o porque lleva un tiempo fuera de las tablas el “león asmático” se mostró pletórico y durante 18 títulos cantó, contó, reivindicó, mitineó, no paró de bailar o recordó –uno a uno– a algunos ausentes y muchos presentes.

Una abigarrada fiesta en la que el ex-Kortatu-Negu Gorriak, la banda, más 14 invitados viajaron de “Esan ozenki”, “In-komunikazioa” o “After-boltxebike” a “Etxerat”, “EH Jamaika Clash”, “Kolore bizia” o la rabiosa versión “Killing in the Name”. Un repaso en sorprendente clave jazzística a su personal banda sonora, con alguna novedad (“Pantera beltza”) de su actual proyecto “Black Is Beltza ASM Sessions”. Pocos músicos vascos acumulan la audacia musical, energía organizativa y diversidad creativa del creador de “Gora herria” o “Sarri Sarri”, himnos que clausuraron la apoteósica fiesta. Lo cantó Odei Barroso: “Gora gu ta Wu-Tang Clan!”.