Programa triple de danza contemporánea en formato breve, dos dúos y un unipersonal que sirven para vindicar la justeza, lo condensado, la medida adecuada al desarrollo de una idea, de una inspiración.

Con estilos muy diversos. Desde la casi exhibición gimnástica de Fabio López y Auréline Guillot, dos cuerpos en conjunción dispersa, enfrentados, pero a la vez inmersos en una simbiosis física que se adorna en momentos por la música de Mahler, lo que le confiere pese a su aparente desaliño, una coherencia conceptual a su “Terra”.

Otra pareja, otro dúo, más sofisticado en sus desarrollos estéticos, con una fuerza expresiva que convierte los cuerpos de Francesc Fernández y Julia Cortés, que hacen de “Endless Fall” un auténtico recital de capacidad interpretativa. Es decir, que superado el estado de esfuerzo, de trabajo, de rutina, aparece la creatividad, las emociones, los significados creados por el movimiento, por la coordinación de todas las gestualidades, conformando unas coreografías encadenadas que logran traspasar todas las convenciones y dentro de una libertad formal, alcanza una belleza evocadora.

Cerró el programa un unipersonal de Aline Corrêa, “Metamorfose” que nos pareció que estaba en un proceso todavía no ultimado, no alcanzaba un valor definitivo, su técnica se nos apareció muy primaria, su puesta en escena monótona, basada en muy pocos descubrimientos, en casi ninguna imagen profunda o sugestiva, externalizando de manera excesiva su posibilidad de expresión, como huyendo de una interpretación que comprometiera algo más que su energía y su cuerpo, con una utilización de elementos escenográficos muy obvios, sin espacio para la sorpresa.