La Conferencia Episcopal de Nicaragua aceptó ser mediadora y testigo de un diálogo propuesto por el Gobierno de Daniel Ortega para superar una crisis que ha dejado al menos 30 muertos y 428 heridos, según organizaciones no gubernamentales y fuentes oficiales. La Policía nicaragüense informó ayer de la muerte de dos agentes y de 121 heridos durante los enfrentamientos que tuvieron lugar desde el miércoles hasta el domingo en contra de la anunciada reformas a la Seguridad Social que fue derogadas.

El presidente del Episcopado, el cardenal Leopoldo Brenes, dijo en un mensaje ante los medios de comunicación que esa institución acepta el papel de mediador y testigo del diálogo convocado por el presidente, Daniel Ortega, el domingo pasado «ante las gravísimas situaciones que ha vivido la nación nicaragüense y que se agudizaron la última semana». Daniel Ortega invitó al cardenal Brenes y a los obispos para que sean garantes de un diálogo entre el Ejecutivo, sector privado y trabajadores.

A pesar de que el mandatario afirmó que no aceptaría dialogar bajo condiciones, el clero hizo una lista básica de peticiones.

«Para facilitar el clima de diálogo consideramos esencial e imperativo que tanto el Gobierno como cada miembro de la sociedad civil evite todo acto de violencia, de irrespeto a la propiedad pública y prevalezca un clima sereno y de absoluto respeto a la vida humana de todos y cada uno de los nicaragüenses», abogó el Episcopado en ese comunicado leído por Brenes.

«Reconciliación y tolerancia»

Ortega ha propuesto que en el diálogo se promueva «la senda de la reconciliación» y ha agradecido a los obispos por abonar al «encuentro y la tolerancia».

«Compartimos plenamente su propuesta de sectores que participarán en el diálogo nacional y agregaríamos otros que consideramos importantes», dice la misiva que el presidente envió el martes a la Conferencia Episcopal y enviada a los medios. «Nuevamente nuestra gratitud, en nombre de las familias nicaragüenses y del Gobierno de reconciliación y unidad nacional por participar como mediadores y testigos en estos importantes eventos de Nicaragua», sostiene.

El Gobierno ha anunciado la puesta en libertad de todos los detenidos durante las protestas y los canales de televisión sacados del aire poco a poco han reanudado sus transmisiones.

Ayer, cientos de nicaragüenses, en su mayoría estudiantes universitarios, marcharon con velas por las calles de Managua para exigir la renuncia de Ortega. Reiteraron que no están interesados en un diálogo porque su única petición es la dimisión de Ortega.