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WASHINGTON-Pekín

EEUU abre contra China la «mayor guerra comercial de la historia»

El Ministerio chino de Comercio reaccionó a la imposición de nuevos aranceles ordenada por Donald Trump asegurando que EEUU «comenzó la guerra comercial a más grande escala de la historia económica». Pekín mantiene su defensa de la globalización económica y del sistema internacional que se rige por las reglas de la OMC.

El Gobierno de Estados Unidos impuso en la madrugada del jueves al viernes un aumento de los aranceles a la importación de productos chinos por valor de 34.000 millones de dólares, una decisión a la que las autoridades de Pekín respondieron de inmediato con los «contraataques necesarios».

La entrada en vigor de estos gravámenes a las 4:00 GMT de ayer (las 6:00 en Euskal Herria) supuso el inicio de la temida guerra comercial entre las dos mayores potencias económicas del planeta, cuya relación en esta materia se ha tensado desde la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca bajo la bandera del proteccionismo y el lema “First America” (EEUU primero).

La primera oleada de aranceles destinados a 818 categorías de bienes importados de China, a los que se gravará con una tasa del 25%, incluye mayoritariamente componentes de la cadena de suministro del sector industrial y tecnológico, pero también apunta a varios bienes de consumo, como bombillas LED y cigarrillos electrónicos, tal como indicó la agencia Efe.

Estas sanciones forman parte de la primera fase de un «castigo» total de 50.000 millones de dólares. Los otros 16.000 millones entrarán en vigor durante las próximas dos semanas, según anunció el jueves el propio Trump, que también avisó de que EEUU responderá con otros 200.000 millones si China decide contraatacar, y después con otros 300.000 millones.

Rápido contraataque

El Gobierno chino no tardó en informar de que había puesto en marcha «de forma inmediata» medidas de represalia contra una serie de importaciones estadounidenses. El portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores, Lu Kang, anunció en una rueda de prensa en Pekín la imposición de estas medidas, pero no dio detalles sobre su cuantía ni el número de productos afectados. Las autoridades chinas habían avanzado que, si Washington aplicaba esta tanda de gravámenes, Pekín respondería con la aplicación de aranceles a bienes estadounidenses por el mismo valor, es decir, 34.000 millones de dólares.

Aunque no haya lista oficial, distintos medios indicaron que engloba sanciones a 545 productos estadounidenses, entre los que destacan la carne de cerdo, trigo, productos lácteos, arroz y soja; estos dos últimos son alimentos clave en esta cultura asiática. También afectarán a productos de consumo como automóviles o whisky.

Posibles repercusiones

Según proyecciones del Peterson Institute for International Economics, con sede en Washington, el impacto a nivel macroeconómico será «mínimo», pero sí afectará a nivel micro en determinados sectores y empresas. En concreto, las medidas arancelarias de China se traducirán en pérdida de empleos, ralentización de las inversiones y subida de los precios en EEUU.

Por su parte, los analistas de Bloomberg han calculado que el producto interior bruto (PIB) de China, que está previsto que crezca un 6,5% este año, podría sufrir una desaceleración de dos décimas para 2019.

Además, este conflicto afectará al funcionamiento del comercio global, tal como han previsto numerosas organizaciones multilaterales, como el Fondo Monetario Internacional (FMI).

La UE teme la escalada que afectaría a los automóviles

Otro de los frentes abiertos por Donald Trump es el que mantiene en vilo a la Unión Europea, que desde el 1 de junio ya está afectada por las nuevas tasas a la importación de acero (25%) y aluminio (10%). En Bruselas se teme que se produzca una escalada después de que el presidente de EEUU haya ordenado una investigación para determinar si procede imponer nuevos gravámenes a los automóviles procedentes de Europa. La tasa con la que amenaza Trump es del 25%.

En este contexto, el diario económico alemán “Handelsblatt” informó de una reunión secreta que se llevó a cabo el miércoles en la embajada de EEUU en Berlín. El embajador, Richard Grenell, se reunió con los directivos de Daimler, Dieter Zetsche; BMW, Harald Krüger; y VW, Herbert Diess, a quienes habría comunicado la disposición de EEUU a renunciar por completo a aranceles para automóviles si la UE, por su parte, se compromete a lo mismo.

La canciller alemana, Angela Merkel, se mostró dispuesta a una reducción de aranceles, pero subrayó que una medida de este tipo debe incluir a todos los países con industria automotriz, para cumplir así con las normas de la Organización Mundial del Comercio (OMC). GARA