Carlos Gil
TEATRO

A favor y contra el amor que encadena

El amor, la pasión, la vida dentro del volcán, una mujer que libera sus sentimientos y proclama su capacidad para amar. Una Fedra desmelenada, convertida en un icono de la liberación, una feminista en estado primario, que vive entre sus responsabilidades de reina y su incontenible deseo por el hijo de su marido. Un personaje donde confluyen contradicciones que se sustentan en la aparente falta de correspondencia de Hipólito, que se muestra remiso al deseo sexual, vive virgen, por lo que lleva a Fedra a mentir, a condenar a su amado, a condenarse. Y nos queda en esta mirada de Bezerra ese discurso final en el que se desdice, se muestra contraria al amor, o considera que el amor desenfrenada condena, ata, aliena. Una mirada a la contra.

Sucede todo en un espacio escénico, a modo de laberinto sobre el que se vierten imágenes pregrabadas que configuran un estado emocional con la ayuda de la iluminación. Y una Lolita Flores espléndida. Capaz de mostrar en su actitud y en sus recitados la fuerza de su personaje, elevándolo a una categoría superior. Un trabajo impecable, rico en matices, cálido y sugerente. Junto a Ella Tina Sainz le acompaña de manera eficaz, su amado tiene más presencia que fuerza recitativa, Eneko Sagardoy cumple con esfuerzo, en un papel poco agradecido debido a su juego de servidor a los otros protagonistas. La dirección de Luis Luque no estorba, limpia, deja hacer, conduce los caudales de emociones con delicadeza.