GARA Euskal Herriko egunkaria
BALONCESTO - EUROLIGA

La cara amarga de la derrota

La lesión de tobillo de Hilliard y el codazo que recibió Shields fueron la guinda a un Kirolbet Baskonia que reaccionó demasiado tarde.


KIROLBET BASKONIA 80

OLYMPIACOS 85


El deporte tiene dos caras obvias: la victoria y la derrota. Kirolbet Baskonia tardó demasiado en reaccionar, tal vez impactado por las lesiones de Shields y Hilliard. Pero cuando parecía que Olympiacos iba a pasearse en el Buesa Arena, Granger, Poirier y Shengelia le dieron vida a los gasteiztarras en un loco cuarto final. La desventaja pasó de ser de 18 a 3 tantos, pero Spanoulis conectó con Milutinov, y ahí se fueron las opciones gasteiztarras.

Se encontró Kirolbet Baskonia con un Olympiacos más dinámico que en cursos anteriores. Los gasteiztarras, además de padecer un acierto descomunal de los del Pireo en el arranque, tuvieron el percance en forma de codazo involuntario de Toupane sobre Shields. Y ese golpe metió en una suerte de catatonia a los de Pedro Martínez, hasta verse con 19-27 al final del cuarto.

Shengelia quiso tirar del carro en la reanudación y gracias al georgiano los gasteiztarras engancharon un parcial de 7-0, cerrado con un triple de Janning. Pero a partir del 26-27, el motor del Baskonia se gripó. Pedro Martínez devolvió a Vildoza al juego tras superar su esguince, pero el argentino arrancó frío, y su conexión con Garino, Voigtmann y Janning fracasó, ya que el ataque acabó convirtiéndose en un «sistema Shengelia» perpetuo, mientras que Toupane y Milutinov –este gracias a su poderío reboteador– se bastaban para volver a estirar la renta helena. Spanoulis, mucho más descansado que antaño, asomó para clavar el último triple de la primera mitad, dejando el marcador en un preocupante 39-50.

Lesión y zona

El tercer cuarto fue todavía peor, porque Hilliard se hizo daño en el tobillo, obligándolo a abandonar el partido. Los gasteiztarras se descosieron y casi tiran el partido, y solo el triple a la desesperada de Granger le dio algo de vida: 52-67.

Y aunque Olympiacos llegó a irse por 18 puntos en el último cuarto, los de Pedro Martínez tuvieron un último arranque, fruto de una zona 3-2, la mala leche de Granger, y la conexión de Poirier y Vildoza. De golpe, Olympiacos se paró y Kirolbet Baskonia se arrimó hasta el 78-81 y 80-83, haciendo creer al público del Buesa Arena.

Pero Spanoulis apareció entonces. Descansado y mentalmente fresco, supo conectar con el gigantón serbio Milutinov debajo del aro. Esa conexión no la supo parar el Baskonia, y no pudo evitar la derrota.