Carlos GIL
TEATRO

Divertida comedia de mujeres sin rencores

Reunidas seis amigas para la despedida de soltera de una de ellas en alojamiento rural es el espacio propicio para desplegar un rosario de situaciones costumbristas, reconocibles, por la pericia del texto y, sobre todo, por la conjunción de intérpretes y dirección en los mismos objetivos  en el plano de actuación y de establecimiento de claves estéticas, una comedia de mujeres que escapa a los tópicos, pese a moverse en unos territorios en los que siempre se encuentran muchas trampas. Como en todo núcleo humano, la amistad contiene asuntos pendientes, desencuentros y ocultaciones.

No iba a ser menos entre estas seis mujeres, una recién salida de un cáncer, otra abiertamente lesbiana, la que parece llevar la voz cantante sin pareja voluntariamente, una con tres hijos, otra con una hija ficticia y la casadera, que descubre que su novio es un machito de bragueta fácil. En este ambiente transcurre con situaciones duras, con momentos descacharrantes de risa y otros que se logran conducir hacia la tragicomedia y que acaban con un mensaje positivo,  todo se arregla hablando, sin rencores.

Hay una idea de libertad, de amistad, una visión del mundo. Un amor secreto entre la lesbiana y la madre de tres hijos. La maternidad como polémica. Mujeres reconocibles, con hábitos de consumo de estimulantes reconocibles, sin complejos ni ñoñerías.

En esa normalidad se halla su valor intrínseco, además de la fluidez de las actuaciones en lo individual y en lo colectivo en un espacio escénico realmente sugestivo.