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PEKIN

Pekín insta a Washington a calcular pérdidas y ganancias

Pekín llamó ayer a no subestimar su «capacidad y voluntad» para defenderse ante una guerra comercial que no desea y aconsejó a EEUU que «escuche la reacción de la comunidad internacional» y que «calcule las pérdidas y ganacias que suponen sus acciones unilaterales». Una de esas voces fue la del Kremlin, que aseveró que la guerra comercial tendrá «consecuencias para el clima económico mundial».

Un día después de que China replicara a la subida de aranceles de EEUU a sus productos con una medida similar para mercancías estadounidenses, Pekín aseguró que no desea una guerra comercial, pero que «no está asustado» y que «luchará hasta el final».

«Al contrario que EEUU, nosotros mantenemos la compostura. Queremos seguir trabajando y encontrarnos a mitad de camino para firmar un acuerdo mutuamente beneficioso. Nuestra actitud es constructiva, pero alguien ha subestimado nuestra capacidad de defendernos e intenta confundir a la opinión pública», manifestó Geng Shuang, portavoz del Ministerio de Exteriores chino.

Aconsejó a la Administración de Donald Trump escuchar «las voces de los diferentes sectores» y «escuchar las pérdidas y ganancias que suponen sus acciones unilaterales» para «volver al camino correcto, que es trabajar con China y encontrarse en un punto intermedio que facilite un acuerdo».

Preguntó, en este contexto, cómo se puede acusar a alguien de romper una promesa si aún no hay un acuerdo firmado, en referencia al argumentario utilizado por Trump para la subida arancelaria en pleno desarrollo de la ronda de negociaciones.

Consecuencias mundiales

Si la disputa no entra en vías de resolución, sus efectos serán notorios en la economía mundial, según advirtió Rusia.

«Sin lugar a dudas la guerra comercial entre EEUU y China tendrá consecuencias para el ‘clima’ económico mundial. Se tratará más bien de consecuencias más negativas que positivas», afirmó el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov.

Y mientras, el presidente de Estados Unidos arengaba desde Twitter a la fabricación en el país, «donde no hay aranceles».

«¡En un año de aranceles, nuestra industria siderúrgica se ha reconstruido y está floreciente!», aseguró Trump en una secuencia de cuatro mensajes que publicó en menos de una hora en su cuenta de Twitter.

«Impusimos un gravamen del 25% sobre el acero 'subsidiado' de China y otros países, y ahora tenemos una industria grande y creciente», añadió, antes de considerar que gracias a ello las industrias de automóviles y de defensa estadounidense «están recuperándose».

«China compra MUCHO menos de nosotros de lo que nosotros les compramos a ellos, de modo que estamos en una posición fantástica», dijo.

 

Batería de medidas chinas

China importa casi cuatro veces menos productos estadounidenses de los que exporta hacia Washington, pero a los aranceles puede sumar un abanico de medidas. Las siguientes son algunas de esas alternativas.

Penalizaciones

Iphone X, los automóviles Buick, los cafés Starbucks y las producciones de Hollywood son algunos de los productos mejor vendidos en China y podría «imponer exigencias reglamentarias, retrasar el tránsito por aduanas» o controles sanitarios y fiscales más severos.

Boicot

China podría boicotear a las empresas estadounidenses, lo que sería letal para companías como General Motors, que vende más coches en el país asiático que en América del Norte.

Turismo

Pekín podría tratar de limitar el número de estudiantes y turistas que van cada año a EEUU, restringiendo, por ejemplo, el número de paquetes de viajes organizados.

boeing

China es clave para el fabricante de aviones Boieng, que vende un cuarto de sus productos en este país, donde la gran mayoría de las aerolíneas son controladas por el Gobierno.

Deuda

China es el principal poseedor de la deuda estadounidense, estimada en alrededor de 1,2 billones de dólares.