Aritz INTXUSTA
IRUÑEA
IRUñEA, AVANCES EN PELIGRO

Comienza la involución en materia de igualdad tras el regreso de Maya

La nueva responsable de Igualdad, María García-Barberena, compara la educación en materia de igualdad con el adoctrinamiento nazi. Su primer movimiento ha sido la eliminación de una OPE de dos plazas de técnico de igualdad. Colectivos manifiestan cierta inquietud por un eventual cambio en el modelo de relación con el Ayuntamiento.

Debajo de los fuegos de artificio como quitar la placa de Catalina de Foix, reponer los cuadros del rey español y demás, los primeros movimientos de profundidad de Navarra Suma en Iruñea han sido en el área de igualdad. El nuevo gobierno municipal eliminó de un plumazo dos plazas de técnico en juventud e igualdad que habían sido aprobadas por el gobierno de Joseba Asiron y que ya habían sido publicadas en el Boletín Oficial. Nadie ofrece una explicación clara sobre cuál ha sido el motivo de la decisión. Unas veces dicen que ha sido porque las plazas tenían requisito de euskara y, otras, que se han eliminado porque NA+ tiene «la voluntad de reordenar y redistribuir las funciones de los distintos servicios y personas de cada nueva área administrativa». Que es cosa de optimizar recursos.

Estas contradicciones esconden que, en materia de igualdad y aceptación de la diversidad sexual, la ciudad gris que dejó UPN hace cuatro años no es la misma que gobernará Navarra Suma. Iruñea ha avanzado enormemente en materia de concienciación de la desigualdad heteropatriarcal y combate contra las agresiones sexistas. Hace solo unos meses, acogía el mayor evento LGTBi que ha tenido lugar en la capital navarra. Ese congreso estatal ahondaba, precisamente, en las formas de relación entre las instituciones y los colectivos que se estaban explorando y aplicando a nivel municipal y territorial. Iruñea era punta de lanza y ejemplo.

Y lo mismo ha ocurrido con la forma en que la ciudad reacciona ante las agresiones sexistas durante las fiestas. Sobre todo, por el modo en el que se integra el potencial movilizador de los colectivos de mujeres y, en consecuencia, por las multitudinarias protestas de repulsa que genera cada caso.

En los cuatro años en los que UPN ha estado fuera del Ayuntamiento y sin mayoría en el Parlamento se han desarrollado nuevas normativas que han dotado de un armazón legal todos estos avances. Las políticas de igualdad ya no están arrinconadas, sino que han pasado a ser una demanda social real y exigida. Los cambios más importantes han sido la Ley Foral de Igualdad, la ley para la Igualdad Social de las personas LGTBi+ y, en el caso concreto de Iruñea, se ha elaborado una nueva Ordenanza y distintos planes. En concreto, la Ley de Igualdad, que el Ayuntamiento está obligado a cumplir, salió adelante el pasado mes de abril y su aplicación exige destinar recursos a esta materia. Con tan solo una técnica de igualdad para una ciudad de 199.000 habitantes (que es lo que tenía UPN), será inabarcable dar respuesta a todo este nuevo marco legal.

Protocolo contra agresiones

Durante su etapa en la oposición, UPN asumió tarde y a regañadientes la política de lucha abierta y compartida con los movimientos feministas para hacer frente a las agresiones sexistas que suceden en la ciudad, y que dio un salto cualitativo a raíz de la mediatización surgida en torno al caso de ‘La Manada’. Tragó, pero no le gustó. Los responsables de UPN en Iruñea fueron particularmente virulentos con ella en un primer momento (había que preservar la imagen de los sanfermines, hacía daño al turismo y al comercio, y todo eso). Poco a poco, esa campaña de desprestigio, en la que se embarró el propio alcalde Enrique Maya, se fue moderando aparentemente, sin que haya desaparecido del todo. Al término de los sanfermines pasados, Maya seguía insistiendo en que había que cambiar «la imagen negativa» que se ofrecía de las fiestas. A día de hoy, persisten las dudas sobre si el protocolo de transparencia en torno a las agresiones sexistas en fiestas se activará estos sanfermines.

Los últimos años, el Ayuntamiento celebraba una Junta de Protección por la mañana con presencia de los distintos cuerpos policiales en la que se daban a conocer los ataques contra la libertad sexual que se habían registrado el día anterior, de cara a informar a los medios con datos fiables y que se pusieran en práctica los protocolos de repulsa y las movilizaciones. A la par, también, se ponía coto a los bulos. Para estas fiestas, no hay compromiso de continuidad. Es un planteamiento que se ha puesto encima de la mesa, pero nadie responde. Con Yolanda Barcina, hubo celebraciones con denuncias por violaciones, a las que ni siquiera se hacía mención en el balance de fiestas.

Una concejal con discurso ultra

Pese al mutismo sobre cómo será el protocolo en sanfermines, gran parte de lo avanzado estos cuatro años está consolidado. Parece impensable que vayan a quitar los carteles morados que se han colocado en todas las entradas y que declaran que Iruñea no tolera las agresiones sexistas. Pero eso no impide que Navarra Suma haya regresado al poder con una involución discursiva notable. UPN, en estos cuatro años, buscó hacer piña con los sectores ultracatólicos de la sociedad iruindarra, y para ello agarró la bandera de la lucha contra la coeducación en igualdad (y Skolae). Resucitó, así, un discurso trasnochado que, a ratos, recuerda al de Vox. Es decir, rechazan de plano lo que llaman dictadura de la ideología de género y lo tachan de «adoctrinamiento».

El 8 de noviembre de 2018, un artículo comparaba a los profesores que imparten coeducación en igualdad dentro del programa Skolae con Torquemada y los nazis. «Intentar adoctrinar a los más pequeños para ganar la batalla ideológica es la ruindad mayor en la que puede caer un gobernante», proclamaba aquel escrito. «La dictadura del pensamiento único ha conseguido que vivamos amedrentados, acogotados, acongojados, no vaya ser que alguna cosa que digamos un día tomando una cerveza, se tome como un terrible insulto homófobo, como un ataque a la igualdad, sin importar el contexto, en esa voraz caza de brujas a la que se han lanzado desde los preceptos de la ideología de género».

La importancia de este escrito, donde se comparaban las enseñanzas en igualdad con el adoctrinamiento nazi y que llevaba un titular que parafraseaba al propio Hitler “Tus hijos ya me pertenecen”, es que su autora es María García-Barberena. Y ella es, desde hace semanas, la responsable de Igualdad del Ayuntamiento, área que ha fusionado con la de Cultura. García-Barberena es, pues, la persona que tomó la decisión de paralizar la OPE de técnico de igualdad. Según se desprende de este escrito, cree que sus trabajadoras difunden principios equiparables a los nazis.

El colectivo LGTBi

Si bien la nueva concejal se ha mostrado receptiva a las iniciativas de colectivos LGTBi, los movimientos de García-Barberena en igualdad también saltan algunas alarmas. Tienen miedo por la joya de la corona, el centro Harrotu, que creó el Ayuntamiento hace dos años. Se trata de un consultorio que responde a la necesidad de orientación de personas de este colectivo. El rasgo diferenciador de Harrotu es que ofrece atención con sicólogos y sexólogos. No son voluntarios, sino técnicos.

Rosa Montenegro, de 68 años, está en la junta de Kattalingorri (la asociación que comenzó a dar esta asistencia profesional con sus propios medios). «Habrá que ver ahora qué hacen, pero no se pueden dar pasos atrás. Esto ha sido fruto de décadas de lucha», remarca.

Aner Ansorena, compañero de Montenegro en esa junta, explica que el Ayuntamiento realiza un contrato anual con Kattalingorri para que gestione Harrotu. No ve un cierre, sería algo demasiado duro. Pero la eliminación de las plazas de igualdad le hace temer que el consistorio comience a ahogar, a quitar medios. «No se puede hacer la misma labor con menos personal», afirma Ansorena.

En cualquier caso, los vetos autoimpuestos del PSN devolvieron la ciudad a manos de una formación derechizada y retrógrada en cuanto a materia de igualdad y negacionista de la perspectiva de género. El golpe de timón era esperable y ha comenzado.