Daniel GALVALIZI
madrid
TERREMOTO EN LA POLÍTICA ESPAñOLA

Iglesias renuncia y baja a Madrid para plantar cara a Ayuso

El líder de UP llama a combatir «a la ultraderecha trumpista», un «enorme riesgo para toda España». Propone una alianza con Más Madrid y designa como sucesora a Yolanda Díaz.

«Arde Madrid», fue la famosa serie de Paco León en 2018. Pues políticamente la capital del Estado está que arde hace varios días en una sucesión de noticias no apta para cardíacos: a la ruptura unilateral del Gobierno regional del PP y Ciudadanos por parte de Isabel Díaz-Ayuso y la convocatoria anticipada de elecciones, el bombazo de ayer fue similar o superior: el líder de Unidas Podemos (UP), Pablo Iglesias, anunció su renuncia a la Vicepresidencia Segunda del Gobierno español para competir por la Presidencia de la Comunidad de Madrid.

En una noticia adelantada ayer a mediodía por “La Vanguardia” y confirmada minutos después a GARA por fuentes de la Vicepresidencia Segunda, Iglesias anunciaba que volvía al barro para plantar cara a una «ultraderecha trumpista» que representa «un enorme riesgo para Madrid y para toda España».

En el vídeo publicado en su cuenta oficial de Twitter alrededor de las 12.30 (cuando la noticia aún no estaba en todas los webs de los medios de cobertura estatal), Iglesias convocó a Más Madrid –la filial local de Más País– a sumar fuerzas en una alianza electoral para lograr «la unidad de la izquierda transformadora». También señaló que telefoneó al presidente del Ejecutivo, Pedro Sánchez, para transmitirle su decisión y «pedirle» que su reemplazo en el cargo sea la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz.

Iglesias comenzó los más de ocho minutos de grabación, realizada en su despacho en el gigantesco Ministerio de Sanidad (que acoge varias carteras), haciendo una suerte de repaso histórico sobre los inicios de Podemos, cuando fue presentado hace siete años. «Desde entonces hemos conseguido cosas que jamás se habían conseguido en política. Acabamos con el bipartidismo y logramos llegar al Gobierno de España formando el primer Gobierno de coalición integrado por la izquierda transformadora en 80 años», indicó.

También se refirió a la situación de la coalición que gobierna el Estado desde hace catorce meses, en la que UP discute «mucho, siendo muy cabezones a veces, sacando políticas que antes eran imposibles», y se jactó de haber ayudado a que Moncloa dé «una respuesta a la crisis (de la pandemia) de una forma opuesta a la anterior», en referencia a la de 2008-2012.

Además, en sintonía con el tono de editorial que busca abrir y cerrar una etapa, dedicó un párrafo especial a los aliados soberanistas vascos y catalanes y valoró la mayoría progresista de la investidura que aprobó los presupuestos, ampliando incluso los votos de la investidura: «Esa mayoría encarna un proyecto de país plural y diverso, y trabajamos mucho para reforzar esa mayoría».

Ya en alusión directa a la situación de la Comunidad de Madrid, Iglesias enfatizó que «la democracia está amenazada por una derecha trumpista a la que hoy es imprescindible hacerle frente». En ese sentido, consideró que «los acontecimientos de los últimos días» lo han llevado a «tomar esta decisión», porque es un «enorme riesgo» la unión de la ultraderecha y el PP en un eventual próximo Ejecutivo regional (dando por descontado que Ciudadanos se extinguirá y Díaz Ayuso gobernará con los votos de Vox).

«El 4 de mayo se decide si la ultraderecha consuma su asalto a Madrid. Hay que evitar que estos delincuentes lo logren», recalcó, para anunciar que después de haber «estado meditando» decidió que, «si los inscritos quieren», se presentará a las elecciones para presidir la CAM: «Voy a poner todo lo que he aprendido en estos años. A esta derecha no se la frena con partidos de tránsfugas sino con una candidatura fuerte y con carácter».

Mano tendida al errejonismo

Con el objetivo de ganar, el vicepresidente afirmó que «hay otro deber ético y político que impone la historia y estos días es clamor en las conversaciones en las redes sociales y chats, que es la unidad de la izquierda transformadora» en Madrid, que requiere que vayan «todos unidos y haya altura de miras».

«Voy a proponer a los compañeros de Más Madrid que hagamos una candidatura única para ganar Madrid el próximo 4 de mayo. Soy consciente de que hay muchas cicatrices, pero nos estamos jugando la sanidad y la educación de nuestros hijos», subrayó, recordando la discordia de 2019 con la marca electoral fundada por Errejón y Manuela Carmena, anunciada el mismo día (con todo ya negociado) que el joven diputado renunciaba a la candidatura de la formación morada, lo que fue interpretado como una traición.

Con este golpe de efecto que será una bisagra para el Gobierno de coalición y Podemos, Pablo Iglesias hace la apuesta tal vez más arriesgada de su carrera: dejar la Vicepresidencia por un escaño en la tercer autonomía del Estado. Sin embargo, el sistema le permitiría gobernar sin ganar: seguramente tiene la convicción de que aunque gane Ayuso (algo que se da por descontado salvo que pase un insondable) los partidos progresistas podrán formar el Ejecutivo.

Los sondeos por ahora no son favorables para la izquierda, incluso le dan una cómoda mayoría a la suma del PP y Vox (como contó “ABC” el fin de semana), pero aún no están conformadas las candidaturas y la polarización que provocará Iglesias, que al ser una figura muy representativa para la izquierda madrileña, podría cambiar las cosas. Se sabe que los barrios más ricos de la metrópoli castellana votan hasta un 20% más que los de renta más baja. Una candidatura de Iglesias podría movilizar más.

En cuanto a Más Madrid, la novedad es que la lista no va a estar encabezada por Errejón sino por la médica Mónica García, un verdadero ariete contra Ayuso en la Asamblea de Madrid en relación a su política sanitaria. Con mucho carácter y un discurso sólido, García prometía hacer una buena elección y hasta aspirar a sorpasar al PSOE, que llevará de candidato otra vez al poco carismático Ángel Gabilondo, criticado por su pasivo rol como jefe de oposición.

En este sentido, no sería raro que lo anterior haya motivado también a Iglesias: sin una candidatura fuerte, UP se encaminaba a la desaparición (hay un suelo de 5% para obtener escaños en la Asamblea), algo que hubiera sido un papelón ya que se trata de la circunscripción que más diputados en las Cortes Generales aporta a UP –junto a la provincia de Barcelona– y donde suele obtener los mejores porcentajes en las generales.&hTab;

Por todo ello, especialistas en comunicación escribían ayer en Twitter, en una primera reacción al bombazo, que se podría tratar de una jugada maestra de «compol»: Iglesias se asegura movilizar a su propio electorado (que con la excandidata Isabel Serra poca motivación había), consigue un efecto sorpresa muy contundente para retomar iniciativa política y sale del Gobierno con un relato épico –«me sacrifico por una causa superior»–, siendo a la vez y en sí mismo un techo para sus competidores inmediatos (los errejonistas).

Los días que vendrán explicarán mejor la decisión de Iglesias, histórica para la izquierda del Estado. Imposible no recordar que las elecciones madrileñas serán una semana antes del décimo aniversario del 15M de 2011, donde en cierta forma todo esto comenzó.

Yolanda Díaz, la heredera

Entre tanto frenesí, una noticia pasó más inadvertida de lo que debería. En su discurso, Iglesias dijo que es la hora de «dejar paso a nuevos liderazgos que se han consolidado y tienen mucho por delante» y acto seguido, agregó: «Creo que al decir esto digo lo que muchos creen, que Yolanda Díaz puede ser la próxima presidenta del Gobierno de España. Y que ya es la mejor ministra de Trabajo de la historia de España».

Con esa frase, en la práctica le da no solo un gran espaldarazo a la exsindicalista gallega sino que evidencia la, hasta ahora, idea más nítida de a quién ve como su sucesora al frente de la formación. En contra de lo que todos suponen, que es que anhela pasarle la antorcha a su pareja, la ministra de Igualdad y su «número dos», Irene Montero.

Iglesias le dijo a Sánchez que abandonará la Vicepresidencia una vez comience la campaña electoral autonómica (a fines de abril) y le pidió que sea Díaz su sustituta. La propia ministra confirmó por la tarde que asumirá ese nuevo puesto.