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DERBI EN IPURUA

El Eibar recupera su fútbol y la ilusión a costa del Alavés

Tras cuatro meses, el Eibar volvió a celebrar una victoria que le mantiene vivo aunque aún lejos de su objetivo. Su superioridad acabó con el «efecto Calleja» aunque el Alavés sigue dependiendo de sí mismo.


EIBAR 3

ALAVÉS 0


Lamentablemente es posible que, cuando pase el tiempo, se recuerde como una anécdota dentro de las nefastas estadísticas de la temporada pero mientras las matemáticas lo permitan, y hoy lo hacen un poquito más que ayer, el Eibar va a aferrarse a su victoria ante el Alavés con la misma emoción del náufrago que encuentra un salvavidas en mitad del océano.

117 días después de imponerse al Granada en lo que entonces se malinterpretó como un esperazador inicio de año, los azulgranas volvieron a levantar los brazos. Posiblemente tarde porque, aunque todos los resultados acompañen, acabarán la jornada a cuatro puntos de la 17ª plaza, con sólo otros 16 por disputar. Pero es difícil sustraerse a la tentación de soñar con un equipo que, prácticamente desahuciado tras haber sumado cuatro puntos en 16 jornadas y encajado cinco derrotas consecutivas, fue capaz de volver a ganar. Que además lo hizo recuperando el fútbol que tantas alegrías le ha dado en las últimas temporadas y que en la actual sólo ha aparecido con cuentagotas. Y que le permitió, de hecho, celebrar su triunfo más holgado del curso, con el hat-trick de un Kike García inconmensurable, que de paso superaba a Enrich para convertirse en el máximo goleador histórico del Eibar en Primera.

Los azulgranas lograban así el triple objetivo marcado la víspera por José Luis Mendilibar: reencontrarse con su mejor versión, dando continuidad a la segunda parte del pasado lunes contra la Real, demostrarse que son capaces de ganar y hacerlo ante un rival directo para, pese a la distancia todavía amplia –cinco puntos aunque ahora con el golaverage para los armeros–, generarle algo de inquietud en su camino a un objetivo que tampoco ha cumplido aún.

Esa es la otra cara de la moneda de un derbi que, forzosamente, algún herido iba a dejar. Le tocó al Alavés, en una jornada en la que acabó el «efecto Calleja» y de la que nada se pudo salvar. Porque la escuadra albiazul fue poquito más que un sparring, incapaz de frenar a su rival y de generar el más mínimo peligro en el área de Dmitrovic, que sólo tuvo que detener tres balones, en tres remates inofensivos, en todo el encuentro. El resultado fue en consonancia y eso deja a los gasteiztarras de nuevo al filo del abismo. Tanto que a lo máximo a lo que pueden aspirar es a acabar la jornada con el mismo punto de ventaja sobre el descenso con el que la comenzaron. Suficiente, al menos, para seguir dependiendo de sí mismos en este agónico final de Liga.

El partido se puso de cara para los locales nada más empezar. Con tres cambios en el once –Correa, Expósito y Enrich por Pozo, Recio y Pedro León, con vuelta al doble delantero– y ante un rival que repetía equipo, el Eibar sólo necesitó tres minutos para adelantarse, con un balón que controló Kike en un área repleta de gente para cruzar ante Pacheco.

El tanto le sentó de maravilla al equipo guipuzcoano, que dominó por completo el primer tiempo pero se marchó al descanso con una ventaja tan ajustada que, vistos los precedentes, dejaba el encuentro muy abierto. Sobre todo porque en la recta final del primer tiempo había dado las primeras señales de vida un Alavés que también pareció regresar mejor de vestuarios.

Pero justo después de que Dmitrovic atajase un cabezazo de Battaglia en lo que fue la mejor ocasión de los albiazules, llegó el segundo de Kike. Ahora con un balón largo de su portero que tocaron Enrich y Soares antes de que el delantero conquense definiese en el área con gran calidad.

Calleja buscó la reacción en el banquillo pero apenas se notó. De hecho, fue el tercer gol local el que llegó a punto de cumplirse la hora de juego. Ahora con una recuperación junto al área que de nuevo resolvió Kike, ahora con un magnífico tiro a la escuadra opuesta.

Quedaba media hora pero el Alavés siguió perdido, incapaz siguiera de inquietar a un Eibar que disfrutó como no lo había hecho desde enero y que viajará a Getafe con la moral reforzada, en una jornada en la que los gasteiztarras tratarán de recuperarse ante el Levante.

«Ha sido el partido más completo de la temporada»

No tuvo dudas José Luis Mendilibar. Ni nadie que siga habitualmente al Eibar. El de ayer fue «el partido más completo de la temporada. Ha habido momentos de buen fútbol en otros partidos pero no en los noventa minutos como hoy», reconocía el técnico armero, que lamentaba que hubiera llegado «un poco tarde». Pero insiste en que «todavía estamos a tiempo de poder librar. Es muy complicado pero a ver si a partir de ahora creemos en lo que hacemos y podemos repetir en Getafe el partido de hoy», deseó Mendilibar.

Javier Calleja admitió que «el Eibar ha sido mejor que nosotros, nos han superado. Hemos perdido duelos, en segundas acciones no hemos estado acertados... En sus virtudes han estado mucho mejor que nosotros, que no hemos sabido contrarrestarlas y además haber encajado tan pronto tampoco nos ha ayudado». El técnico, en todo caso, recuerda «la dinámica positiva que traíamos», que «quedan muchos puntos» y que «dependemos de nosotros mismos. No podemos bajar los brazos».A.U.L.