GARA
LAUDIO
LUCHA LABORAL POR EL EMPLEO EN AIARALDEA

El difícil acuerdo de Tubacex sale adelante con ratificación ambivalente

Ya solo resta una nueva reunión a tres bandas para firmar un acuerdo que ponga fin al conflicto laboral en las plantas de Tubacex en Amurrio y Laudio, que suman una plantilla de cerca de 800 personas. Las distintas asambleas de trabajadores reflejaron que la satisfacción no es completa y el voto del comité quedó dividido: 7 a favor y 6 en contra.

Cada uno de los cinco sindicatos con representación en las plantas de Amurrio y Laudio –ELA, con 4 delegados; STAT, otros 4; CCOO, 3; LAB, 1; y ATAL, 1– dejaron ayer la última palabra a sus respectivas asambleas de trabajadoras y trabajadores para seguir adelante con el principio de acuerdo que alcanzaron el jueves con la dirección de Tubacex y el Departamento de Trabajo y Empleo del Gobierno de Lakua.

La incertidumbre se mantuvo hasta última hora de la tarde debido a la sucesión temporal de las reuniones convocadas por las centrales. ELA fue la primera en anunciar el resultado de la votación “interna”: 125 a favor, 50 en contra, 2 en blanco y 1 nulo. No obstante, advirtió de que no firmaría el acuerdo «si no es con el apoyo de una mayoría sindical del comité».

Poco después se conocía que la afiliación del STAT (Sindicato de Trabajadores de Aceralava Tubacex, la factoría de Amurrio) rechazaba el acuerdo por un estrecho margen de votos.

LAB, cuyo delegado no firmó el acuerdo el día anterior, comunicaba su rechazo a «la propuesta del Gobierno Vasco» porque, pese al «logro tan importante» que supone, considera que se han incluido suficientes motivos para sentirse «defraudados y defraudadas».

Como ATAL también se inclinó por el rechazo y CCOO había puesto la cita para su votación de la tarde a las 18:00 (había hecho otra por la mañana), a falta de conocer el resultado final, quedaba claro que la división en el comité iba a ser sustancial.

Finalmente, en una escueta nota, CCOO daba cuenta de que el 67% de su afiliación apoya el preacuerdo por lo que su sección sindical en Tubacex «se compromete a proponer al comité de empresa la celebración de una votación de la plantilla».

De estas votaciones escalonadas se deduce que 7 representantes del comité están a favor del acuerdo y 6 en contra. Con la mayoría del comité a favor, en principio solo restaría una nueva reunión a tres bandas –comité, dirección y Lakua– para firmar la desconvocatoria de una huelga que ayer cumplía 234 jornadas en estas dos plantas de la multinacional tubera.

Las medidas temporales

El acuerdo pactado el jueves supone la eliminación de todos los despidos forzosos, la renuncia de la dirección al recurso contra la sentencia del TSJPV que anuló el ERE, y garantiza el empleo y las inversiones hasta el 2024, mientras que pone fin a 232 días de huelga. También incluye un aumento de la jornada laboral de 40 horas y la congelación salarial durante 3 años.

Ayer, el portavoz de ELA en el comité, Eduardo Ibernia, explicó que la retirada de los 129 despidos forzosos y de las medidas traumáticas planteadas por la dirección han sido «imprescindibles» para que su afiliación aceptase la propuesta «con más del 70%» de los votos a favor.

En una comparecencia ante los medios en la Herriko Plaza de Laudio, destacó que ha sido la huelga indefinida iniciada el 11 de febrero la que obligó a la dirección a realizar una nueva propuesta que les ha llevado a «evitar despidos forzosos y aprobar solo medidas coyunturales», insistiendo en que estas «son para tres años y, al finalizar ese periodo, los trabajadores y trabajadoras recuperarán todos los derechos». También puso en valor que con este acuerdo «finaliza la vía judicial».

No lo ven igual los representantes de LAB. «Hemos dicho no a una propuesta que nos hace sentir orgullosos y orgullosas, pero también defraudados y defraudadas», indicó el sindicato en una nota de prensa, en la que destacó que, tras siete meses de huelga, «hoy podemos decir con orgullo que luchar merece la pena». «En Tubacex no sobra nadie, este ha sido nuestro lema durante estos largos meses y se ha convertido en una realidad, puesto que en la última propuesta no se contemplan despidos», añadió.

No obstante, su afiliación decidió no firmar el acuerdo porque «nos piden pagar un peaje que para nosotros y nosotras es inasumible y contraviene el sentido común». En concreto, aludía a la congelación salarial para casi 4 años «sin garantías de recuperar en 2025 el poder adquisitivo perdido» y el aumento de la jornada anual en 40 horas durante tres años.