Amaia EREÑAGA
BILBO
MANIFESTACIONES EN BILBO, IRUñEA, DONOSTIA, GASTEIZ, EIBAR

Miles de personas contra el proyecto de reforma de las pensiones

«Gobierne quien gobierne, las pensiones se defienden». La consigna, ya habitual en el movimiento de los pensionistas, sintetiza el espíritu de las movilizaciones vividas ayer.

A los sones de “El pueblo unido jamás será vencido” (“Herri batua ez da inoiz garaitua izango”, en su versión en euskara, que es la que sonaba ayer), la canción de protesta ya universal que popularizó en los años 70 el grupo chileno Quilapayún, arrancaba la última de las manifestaciones convocadas en Euskal Herria para la jornada de ayer por el Movimiento de Pensionistas de Euskal Herria contra el proyecto de ley de reforma de las pensiones, la llamada «ley Escrivá», actualmente en tramitación en el Congreso español.

La de Bilbo fue la última movilización del día y la más multitudinaria de las vividas en un sábado reivindicativo y movido, ya que al mediodía se registraron manifestaciones en Iruñea, Gasteiz, Donostia y Eibar. La protesta también se vivió a otros puntos del Estado, como Madrid, y también en la capital catalana.

Gorras y pañuelos rojos, banderas republicanas, pancartas en representación de las asambleas de distintos pueblos... y muchos gritos, discursos improvisados por megafonía a modo de speakers durante la marcha y hasta txistularis, porque las manifestaciones de los pensionistas si algo son es coloridas.

Aunque estaba previsto que salieran de la plaza del Sagrado Corazón, al final la manifestación arrancó a las 17.30 desde la plaza Elíptica. En el camino, multitud de eslóganes, de lo más imaginativos. Estaban los habituales –“Gobierne quien gobierne, las pensiones se defienden” o “Así, así, ni un paso atrás. Esta batalla la vamos a ganar”– , algunos que recordaban la lucha obrera –“Arriba la lucha del proletariado”– y otros más ingeniosos, como “Este es el Palacio del caco Bonifacio”, ante las sedes de los grandes bancos.

La manifestación discurrió por el centro de la capital vizcaina, contrastando con unas calles inmersas ya en pleno ambiente de compras prenavideñas, hasta llegar a la plaza del Ayuntamiento, donde los pensionistas concentran cada lunes desde que en enero de 2018 se echaron a la calle. Desde la organización hasta se lanzó con humor la propuesta de que la plaza sea renombrada como Plaza de los Pensionistas.

Tres años y así

Lo cierto es que, como recordaron, tres años después, siguen en vigor las medidas contra las que se movilizaron... y pueden empeorar: «El proyecto de ley presentado por el Gobierno de Sánchez solo tiene dos objetivos: mantener las reducciones de las reformas en las pensiones de 2011 y 2013, y hacernos trabajar más años, cobrando menos pensión. Se quiere reducir el sistema de pensiones públicas, para impulsar lo privado».

En el comunicado que leyeron en Bilbo, lamentaron «los recortes que se anuncian tras la cortina del incremento de las cotizaciones» y advirtieron de que se busca solo «perpetuar el factor de sostenibilidad, cambiándolo simplemente de nombre. Los recortes en pensiones y salarios están empeorando nuestras condiciones de vida mientras los Gobiernos imponen políticas fiscales que benefician a los que más tienen y reducen los servicios públicos».

En declaraciones a los medios, Jon Fano, uno de los portavoces del movimiento, criticó al ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá, y reclamó al Ejecutivo que no se «doblegue ante las presiones de Europa, del empresariado y de los grandes poderes económicos».

Por contra, le instó a «hacer cuentas», ya que en el Estado hay 9.000.000 de pensionistas.

Unos pensionistas que, reiteraron ayer, no están dispuestos a parar. Por el momento, ya tienen fijada nueva cita: el 1 de diciembre, fecha en la que apoyarán la movilización convocada por las organizaciones sociales y sindicales.