EIBAR 0

GIRONA 2

Se acabó la temporada para el Eibar. El Girona tiró de pegada y capacidad de sufrimiento para voltear la eliminatoria que los azulgranas habían encarrilado en Montilivi. Se recuperaron del mazazo que supuso el golazo de Borja García cuando apenas se había cumplido el primer minuto y fueron superiores durante buena parte del encuentro pero les faltó puntería y les sobró Juan Carlos, que mantuvo vivo al equipo catalán hasta la prórroga, en la que se repitió la historia con el gol, lamentablemente definitivo, de Stuani en el primer minuto.

Una larga agonía con final infeliz, que deja al Eibar en Segunda, culminando once meses al máximo nivel con una semana para olvidar aunque el sabor de boca sea hoy diferente al del pasado lunes. Si la familia azulgrana estaba entonces por la paupérrima imagen que ofreció su equipo, en esta eliminatoria ha habido poco que achacar a Gaizka Garitano y sus futbolistas, que fueron claramente a por la victoria en los dos encuentros y ofrecieron una buena imagen en dos escenarios ciertamente complicados: en Montilivi porque tuvieron que recuperarse del duro golpe de Santo Domingo en apenas cuatro días y en Ipurua porque fueron capaces de sobreponerse al gol inicial de su rival.

Los dos equipos encararon el choque con novedades. Tocaba refrescar alineaciones tras la paliza del jueves y mientras Garitano recuperaba a Arbilla, Stoichkov y Leschuk en sustitución del sancionado Tejero, Quique y Fran Sol, esta vez era Míchel el que dejaba a su goleador Stuani fuera de un equipo al que entraban Valery, Iván Martín, Nahuel Bustos y Borja García, que se había perdido el encuentro de ida por lesión. Ayer también acabó tocado y apenas completó la primera parte pero tuvo tiempo para igualar la eliminatoria. De sobra porque su gol, golazo, llegaba en el primer minuto de partido. El Girona botó una falta frontal, Chema despejó al semicírculo del área y el atacante madrileño soltó una volea espectacular que entró por la escuadra.

Reaccionaron los locales, que ya tuvieron su primer encontronazo con Juan Carlos, en este caso con una acción sencilla en un remate de Stoichkov. Era complicado jugar para los dos equipos, que presionaban con mucha intensidad, forzando al rival a pensar con rapidez y provocando muchas imprecisiones. Conforme se acercaba el descanso el Eibar se fue haciendo con el partido aunque apenas se acercó al gol con un remate de Correa desde la frontal que se marchó cerca del palo.

El Girona volvió mejor de vestuarios aunque esta vez no pasó del amago gracias a un paradón de Cantero, que despejaba a córner junto al palo. El susto le sentó bien al Eibar, que fue apretando con más fuerza y mejor juego conforme avanzaban los minutos. Pero entre Bernardo, Juanpe y sobre todo Juan Carlos –evitó el gol con dos manos salvadoras en un cabezazo de Leschuk junto a la base del poste y un intento de despeje de Valery que se iba a su propia portería–, consiguieron que el partido se fuera a la prórroga. Hasta la madera contribuyó, en un rápido contragolpe que Stoichkov, casi desaparecido hasta entonces, culminó con un chutazo que se fue al larguero y botó sobre la línea antes de salir.

En el tiempo añadido se repitió la historia. El Eibar estaba advertido, viendo lo que había pasado antes, y ese fue prácticamente su único error. Desde luego el más grave, permitir a su rival que llegase al área en la primera jugada, regalando además un córner, y dejar a Stuani solo. El capitán del Girona remató en el área pequeña el balón peinado por Bernardo y aunque el árbitro lo anuló de primeras por fuera de juego del delantero, desde el VAR corrigieron su decisión.

El Eibar trató de recuperarse de nuevo del mazazo. Quedaba treinta minutos pero cada vez menos fuerza y ánimo. Acabó volcado en la portería pero con poca gasolina, mucha presión y una defensa rival que invirtió hasta su último gramo de fuerza, la remontada fue imposible y la noche acabó con un mar de lágrimas.

Gaizka Garitano: «Ha sido un final de temporada muy cruel»

Reconocía Gaizka Garitano que, en toda su carrera como jugador y entrenador, esta ha sido «una de las semanas más duras» que ha vivido, con la derrota de Alcorcón en el último minuto y la eliminación ayer a manos del Girona.

«Ha sido un fin de temporada muy cruel», lamentaba el técnico, que destacaba que «hemos hecho mucho trabajo en once meses y no hemos tenido suerte. Hemos llegado hasta aquí y tenemos que tener la cabeza alta por lo que hemos hecho pero el final es duro. Hemos hecho un montón de puntos, hemos hecho dos buenos partidos en el play-off... El trabajo no ha tenido recompensa».

Reconocía que este tipo de «eliminatorias se deciden por pequeños detalles» y ayer cayeron del lado del Girona pero consideraba que el Eibar mereció un mejor resultado. «Ha habido un momento en la primera parte en la que convenía jugar con más paciencia y no la hemos tenido. Pero en general hemos sido más y hemos acabado muy fuertes la segunda parte, lo normal era que llegara el gol, teníamos ocasiones... pero no ha llegado. Durante la temporada hemos tenido mucha facilidad para marcar goles y hoy, cuando más la necesitábamos, no la hemos tenido».

Admitió sentirlo especialmente por «la afición. Darles muchas gracias por su apoyo y decirles que lo siento porque si alguien se merecía el ascenso junto a nosotros eran ellos y no se lo hemos podido dar».

Será el objetivo de nuevo a partir de agosto. «Si algo ha demostrado este equipo es que se levanta después de los golpes –recordó Garitano–. Ahora hay que descansar, desconectar y limpiar la cabeza un poco pero como dice aquí la afición, volveremos otra vez. Por lo menos volveremos a intentarlo con más ganas aún la próxima temporada». GARA