Mikel INSAUSTI
DONOSTIA
CRÍTICA: «13 EXORCISMOS»

Una víctima adolescente de la educación confesional

La línea de terror realista que se viene dando de un tiempo a esta parte es muy interesante, y creo que tiene a Paco Plaza como maximo representante, y estoy pensando en “Verónica” (2017) o “La abuela” (2021). También estaba en sintonía la ópera prima de Albert Pintó “Malasaña 32” (2020), con la misma producción detrás, que ahora ha ido a confiar en el debutante Jacobo Martínez para dirigir “13 exorcismos” (2022). Se trata de un profesional con un larga trayectoría como director de fotografía, y que se pasó a la realización con la serie televisiva “Jaguar” (2021), sobre la búsqueda de nazis ocultos durante la posguerra. Un tema no tan alejado del que aborda en su primer largometraje, puesto que al fin y al cabo son distintas representaciones del Mal. Lo que plantea es tan sencillo como que si la feligresía creyente admite la existencia del cielo, y ha de aceptar que hay un infierno. Un planteamiento no exento de lógica que sirve para articular una batalla religiosa contra el demonio y su presencia.

En medio de tal tesitura la película toma una posición ambigua, dejando la duda entre si se dan realmente los fenómenos paranormales o todo es fruto de trastornos mentales, lo cual se ve reforzado por el ambivalente final. Una conclusión que es directa consecuencia del ambiente de fanatismo católico en que es educada la protagonista, una adolescente con una madre represiva, según una relación maternofial tóxica que recuerda a la mostrada por Javier Fesser en “Camino” (2008).

Por lo visto, entre los casos aportados a la documentación se encuentra uno ocurrido en Burgos en 2014, pero que la ficción ha trasladado a Ourense, ganando así en ambiente gótico. El tratamiento costumbrista es impactante, y no tanto la parte efectista, más convencional y propia del género en sí, salvo por contar con José Sacristán como exorcista.