AUG. 18 2024 KOLABORAZIOA «Imaginacción» Pablo NABARRO LEKANDA El principio de incertidumbre de Heisenberg en términos filosóficos nos viene a decir, en resumidas cuentas, que en la vida, al igual que en la física cuántica, nunca podremos estar seguras de nada, pese a. que nuestros conocimientos sean cada vez mayores. De hecho, observamos con cierta perplejidad cómo recientes descubrimientos en cualquiera de los campos de la ciencia -medicina, paleontología, astronomía, microbiología…- refutan muchos de los principios que hasta ahora hemos dado universalmente como certezas. Todo está en cuestión y el conocimiento es ilimitado. Solo sé que no sé nada, decía el filósofo. Es cierto que el conocimiento es fundamental para el progreso de la humanidad, pero también lo es el hecho de que saber más no nos hace necesariamente más inteligentes. No hay más que echar una mirada escrutadora al sombrío panorama con el que nos desayunamos todos los días para dar por válida aquella sentencia grouchomarxista que decía que hemos pasado de la nada a las más altas cumbres de la miseria. Sin embargo, fue el propio Einstein quien dijo que más importante que el conocimiento es la imaginación, entendiéndola, además, como antídoto a esa perpetua incertidumbre en la que estamos sumidos, que a veces nos pesa como una losa, una rémora, llegándonos a crear muchas veces ansiedad y cuando no, depresión. Y es aquí y ahora cuando se hace necesaria una reflexión: si hemos hecho de la necesidad virtud para poder sobrellevarla con cierta dignidad, ¿por qué no hacer también virtud de la incertidumbre? ¿Cómo beneficiarnos de ella? Esa es la tesis que, por ejemplo, defiende Nicholas Taleb en su libro “Antifrágil. Las cosas que se benefician del desorden”. Según él, la incertidumbre puede ser necesaria considerando la antifragilidad como una categoría de sistemas, a diferencia de otros -que denomina como frágiles o rígidos-, que necesitan del caos para sobrevivir y además son inmunes a los acontecimientos altamente improbables, a los cisnes negros. Cosa esta que no ocurre con los otros sistemas y de ahí su vulnerabilidad. Un concepto un tanto abstracto que algunos lo consideran como una evolución de la resiliencia, del crecimiento postraumático: nos hacemos más fuertes con la presión del estrés y la incertidumbre. Personalmente, creo más en la imaginacción (imaginación y/en la acción) que en las tesis de Taleb, sin desdeñar algunas de sus aportaciones. Implica, entre otras cosas, curiosidad, hacernos preguntas, experimentar, desarrollar el pensamiento crítico y creativo, así como combatir la pereza intelectual a la que nos abocan las nuevas tecnologías y la IA. Estimula el desarrollo de otro tipo de actividades como las artísticas, el contacto con la naturaleza y sobre todo la relación con los demás. Hace años la consigna era: la imaginación al poder. A día de hoy vemos que ambos conceptos constituyen un oxímoron, son incompatibles. Tendría más sentido: la imaginacción contra el poder. Imaginacción dialéctica, imaginacción en tensión permanente y sin miedo a la incertidumbre. Hace años la consigna era: la imaginación al poder. A día de hoy vemos que ambos conceptos constituyen un oxímoron, son incompatibles