EDITORIALA

No añadir dificultades a un reto suficientemente difícil

El presidente francés, Emmanuel Macron, comienza hoy la ronda de consultas para la designación del primer ministro recibiendo a los representantes del Nuevo Frente Popular, la fuerza más votada en las pasadas elecciones legislativas. Ayer mismo, el NFP reprochaba a Macron su «nociva inacción», dada la dilación del nombramiento, ya aplazado por la celebración de los Juegos Olímpicos.

La alarma que provocó la abrumadora victoria del partido de Marine Le Pen en las elecciones europeas hizo reaccionar a varias fuerzas de izquierda del Estado francés para contrarrestar a la ultraderecha. Ese era el principal objetivo del nuevo frente, sorpresivamente conseguido. Otro era «romper con las políticas pasadas». Si ayer el NFP apremiaba a Macron, tres días antes no disimulaba sus disensiones internas sobre el modo de presionar al presidente, al igual que anteriormente los principales partidos del frente se preocuparon de resaltar su desacuerdo sobre el candidato o candidata a encabezar el Gobierno, hasta el consenso en torno a Lucie Castets. Esa tendencia tan habitual en la izquierda, pero no forzosamente de izquierdas, de confundir la sigla o el proyecto propio con las prioridades comunes se ha demostrado, además de ineficaz, en ocasiones devastadora. No conviene perder la perspectiva respecto a la evolución de la extrema derecha, que esas políticas pasadas que pretende superar el NFP a todas luces han favorecido, toda vez que parecen inspiradas por la agenda ultra que se pretende evitar y consisten básicamente en cercenar derechos y libertades a las clases populares. La última muestra de ello, por si no fueran suficientes las medidas implementadas a lo largo de la legislatura, la decisión del actual Gobierno de permitir eliminar el día de descanso semanal a trabajadoras y trabajadores temporeros.

En el caso de que el NFP logre la jefatura del Gobierno, bastantes dificultades tendrá, dada su exigua mayoría, como para añadir otras surgidas en su seno, por lo que deberá poner a prueba su capacidad de adoptar posturas constructivas y respetuosas con la pluralidad, sin olvidar sus principios ni perder de vista las prioridades.