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Alavés El líder empató a falta de siete minutos para el final del tiempo reglamentario

El triunfo se escurrió entre los dedos

Los de Alberto López tuvieron contra las cuerdas al Las Palmas durante gran parte de la segunda parte, pero no supieron cerrar un partido que ya daban por ganado y que se escapó por una puntual falta de intensidad defensiva en el ala izquierda de la zaga local.


ALAVÉS 1

LAS PALMAS 1

Diez minutos le sobraron al Alavés para obtener la deseada y necesaria victoria con la que salir de la mini crisis en la que está inmerso desde hace varias jornadas. Un fallo defensivo en el ala izquierda local -una mancha dentro del gran trabajo de contención del equipo- cuando el triunfo ya se tocaba con las manos permitió al líder empatar en inferioridad y dejar a los anfitriones con un palmo de narices. La escuadra babazorra tuvo contra las cuerdas al líder durante muchas fases de la segunda parte, pero los de Alberto López no supieron cerrar un envite que ya se saboreaba y que acabó con sabor amargo.

De salida, Alberto López apostó por variar los carriles, recuperando la opción de Raúl García por la izquierda -Xabi Castillo volvió a ser el lateral zurdo- y dando entrada a Toti por la derecha. Su objetivo, romper al rival por banda con rápidas contras surgidas de las posibles pérdidas del esférico que pudieran producirse por los isleños, a los que siempre les gusta llevar el dominio de la pelota.

La lectura del técnico guipuzcoano fue del todo acertada. Fieles a su estilo, los de Paco Herrera buscaron en todo momento estar cerca del balón; los anfitriones, apretando y mordiendo bien arriba, a la par que buscando veloces salidas cada vez que recuperaban el cuero. Así las cosas, la primera media hora fue de tanteo, cada escuadra blandiendo sus armas, pero sin llegar a dar una estocada al contrario o meterle el suficiente miedo en el cuerpo.

Sería en el último cuarto de hora cuando los acontecimientos pasaron a tomar otro cariz. Las llegadas a las respectivas áreas adoptaron el calificativo de peligrosas y el gol rondó ambas porterías. Estuvo más cerca de llegar del lado visitante, cuando en el 41 Araujo se plantó en posición inmejorable para batir a Manu Fernández, a lo que el cancerbero asturiano contestó con una parada de balonmano. Fue uno de los momentos claves del encuentro. La respuesta babazorra llegó tres minutos después con un chut seco y rápido de Toti, que detuvo en dos tiempos Casto.

El paso por vestuarios no solo no rebajó el ritmo que se había visto al final del primer periodo, sino que se avivó más todavía con el pitido que daba inicio a la segunda parte. Casi sin tiempo para que los aficionados se acabaran el bocadillo, Despotovic ponía tierra de por medio con un magnífico cabezazo a centro de Toti, que comenzaba a convertirse en el protagonista de la tarde. Las cosas rodaban bien para los intereses albiazules.

Y mejor se iban a poner cuando apenas diez minutos después Las Palmas se iba a quedar con uno menos tras la infantil acción de Roque Mesa al dejarse caer sin haber falta de por medio, lo que le suponía la segunda amarilla. Con el marcador a su favor y en superioridad numérica, el Alavés disfrutó de sus mejores minutos, buscó cerrar el partido, pero no lo consiguió, lo que acabó pagando.

Raúl García, Toti -una vez más omnipresente en ataque-, Manu García y Laguardia tuvieron el 2-0 que hubiera resultado la puntilla para el ahora mismo mejor conjunto de la categoría. Precisamente por esa condición, Las Palmas nunca se rindió y arriesgó con cambios ofensivos en busca de, al menos, el empate. Hasta que lo consiguió en una desafortunada jugada defensiva de los babazorros, que no estuvieron todo lo concentrados que la situación requería.

«Vértigo» fue la expresión que utilizó Alberto López en sala de prensa para tratar de explicar lo que les había ocurrido a los suyos cuando ya se veían con los tres puntos en el zurrón. «Nos ha faltado ese hambre, ese instinto de ir a ganar, algo que ocurre cuando lo necesitas y la situación clasificatoria aprieta. Ahí los futbolistas dudan de si ir a atacar o guardar lo que tienen, por eso tengo un punto de decepción», admitió.

«Los jugadores se han vaciado, hemos hecho ocasiones llegando hasta su área, pero a partir de ahí se nos ha nublado. La verdad es que hemos dejado pasar una buena oportunidad, pero habrá que tomarlo con cierta perspectiva, ver cómo podemos mejorar y, sobre todo, intentar que no se vuelva a repetir. En todo caso, estoy satisfecho con el trabajo y la seriedad que ha mostrado el equipo», amplió el preparador irundarra.