JAN. 19 2015 Escalada Resuelven el gran proyecto La vía «Dawn Wall», por fin, consigue su deseado punto rojo Kevin Jorgeson y Tommy Caldwell liberan la vía del Capitán (Yosemite). Tras 19 días en la pared, la cordada estadounidense consigue resolver el enigma de esta línea de 900 metros, 32 largos y dificultades de hasta 9a. Se considera el big wall más duro en libre del mundo. Andoni ARABAOLAZA El «Dawn Wall» ya no es un proyecto en sí tras la liberación de dicha línea por la cordada formada por los estadounidenses Kevin Jorgeson y Tommy Caldwell. Un proyecto que rondaba en la cabeza de Caldwell desde hace ya varios años. Tras esta impresionante actividad no es nada difícil caer en la tentación de utilizar términos como leyenda, conquista, epopeya... Así que desde estas líneas solo nos quedaremos con el compromiso y la dedicación de estos protagonistas tras liberar esta vía de 900 metros, 32 largos y dificultades de hasta 9a. Y todo ello ha ocurrido en una de las grandes mecas del big wall: El Capitán (Yosemite). En un escenario donde los dos escaladores se han visto sorprendidos por el alcance de su escalada. Seguramente, nunca en la historia de la escalada los medios de comunicación de todo el mundo han realizado un seguimiento a una actividad como esta del «Dawn Wall». Aparte del «bombardeo» en las redes sociales, medios como «The New York Times», «The Guardian», «The Telegraph» y «BBC» (por nombrar algunos) han «asaltado» durante estas últimas jornadas con sus informaciones. Hasta el propio presidente de EEUU, Barack Obama, ha felicitado a Jorgeson y Caldwell. Concretamente, este último es el artífice de la culminación de la liberación que se produjo el pasado miércoles. En el año 2007 presentó las cartas por primera vez. Dos años más tarde, Caldwell incorpora a Jorgeson; un escalador sin experiencia en las grandes paredes. Desde entonces, cada otoño, la cordada estuvo trabajando la vía, hasta que en el 2011 Jorgeson se lesionó. En el 2013 fue Caldwell quien se dañó las costillas, y en ese mismo año se suman al proyecto Jonathan Siegrist y Chris Sharma. Pero, finalmente, las dos temporadas más «fructíferas» han sido el otoño del año pasado y el invierno de este. Una especie de homenaje a Warren Harding, quien en 1970, tras 28 días en pared, abría el «Dawn Wall»: la última gran línea que esperaba el punto rojo. En términos generales, lo expuesto no es más que el contexto en el que se ha desarrollado la espectacular historia en el «Dawn Wall». Y, como cabía esperar, no todo se ha centrado solo en las admiraciones y los aplausos hacia la cordada; también ha habido críticas por el asedio de los medios de comunicación, a la logística utilizada y al estilo de escalada. A pesar de esos «peros», casi todos made in USA, la actividad realizada por Jorgeson y Caldwell ha recibido la nota de cum laude. 19 jornadas Los primeros movimientos del pegue definitivo realizado en estilo cordada se dieron el 27 de diciembre. El ritmo de la escalada iba por buen camino; es decir, los protagonistas escalaron de forma bastante rápida el primer tercio de la ruta. Y eso que el largo 7 lo han cotado de 8b+ o más. Y lo mismo pasó con los largos 8 (8b) y 10 (8b+). A pesar de la apariencia de facilidad, los escaladores empezaron a tener problemas con la piel de sus dedos, debido a algunas afiladas presas. Tras ese paseo hasta la tirada 11, el ambiente empezó a calentarse; y es que la clave de la línea está centrada entre los largos 12 y 16. Una larguísima travesía hacia la izquierda antes de hincarle el diente al vertical muro que se dirige a la cima. El L12 de 8c (Molar Traverse) lo superaron en un par de ensayos. Después, presentaron sus cartas las tres tiradas más duras de la vía. El L14 propuesto de 9a (First Traverse) al bolsillo y de noche para pillar las mejores condiciones. El L15 (Grand Traverse), de nuevo de 9a, fue un verdadero quebradero de cabeza. Sobre todo para Jorgeson. Caldwell no tuvo apenas problemas para encadenarlo, pero su compañero se atascó durante siete días. Tras recuperar algo la maltrecha piel de sus manos y tras 11 ensayos, Jorgeson se hacía con otro de los largos claves del «Dawn Wall». Mientras tanto, Caldwell seguía progresando y sin grandes dificultades se hacía con el L16, el llamado Dyno Pitch (8c+), que consiste en un dinámico de dos metros. Eso sí, lo selló a través de una variante que la propone de 8b+. Por su parte, Jorgeson, tras dejar atrás la tirada clave señalada, se motivó de tal forma que se decantó por la línea original del famoso dinámico que, como adelantábamos, está propuesta de 8c+. Progresó de tal forma que en pocas jornadas Jorgeson llegó hasta donde estaba su compañero. A partir del llamado Wino Tower, la cordada estadounidense solo necesitó dos días para escalar los once largos que les llevaría hasta la cima de El Capitán. 11 tiradas, muchas de séptimo grado (hasta 7c+), que las fueron resolviendo de forma muy rápida; y es que tenían muchas ganas de terminar y evitar también que una posible llegada de mal tiempo llevara al traste sus aspiraciones de liberar el «Dawn Wall». Finalmente, el pasado miércoles a las tres de la tarde hora local, los dos protagonistas ponían punto y final (o mejor dicho, el punto rojo) a la única ruta del murallón que faltaba por liberar. Siete años de ensayos y pegues para que la ruta de Harding tomara otro resplandor. Ahora considerada como el big wall más duro en libre del mundo. Seguramente lo será ahora, o por lo menos así indican las propuestas de dificultad técnica realizadas por Jorgeson y Calwell. Dicho de otra forma, los dos escaladores estadounidenses han tenido que superar dos tiradas de 9a, una de 8c+ y otra de 8c. Aparte de un buen número de largos de entre 6c y 8b+. No cabe duda que Jorgeson y Caldwell han escrito otro capítulo de la historia de Yosemite. «DAWN WALLl». El pasado miércoles, Kevin Jorgeson y Tommy Caldwell ponían el punto rojo a la línea de 900 metros, 32 largos y tiradas de hasta 9a.