Desacuerdos
Las pugnas entre diferentes usuarios del medio de la montaña no son cosa de ahora. No hay más que recordar los «desencuentros» (hablando con terminología política) entre montañeros y cazadores, o entre motoristas y montañeros... Ahora, en el departamento de Herault, Francia, un quincuagenario (suena mejor que cincuentón, ¿verdad?) ha sido detenido por la Gendarmería acusado de colocar planchas con clavos y trozos de hormigón con ferralla afilada, enterrados y disimulados en caminos públicos habituales de los usuarios BTT (bicicleteros, vaya). Resultado: 9 meses de prisión, uno en firme, con prohibición de «llevar armas» y utilizar «caminos rurales», sea ello lo que fuere.
Y es que todos somos unos incomprendidos en nuestras actividades lúdicas; aún más teniendo en cuenta que el mundo de la montaña y escalada es un microcosmos lleno de conceptos y jerga incomprensible para el no iniciado. Durante el fenómeno mediático «Dawnwall» de las pasadas semanas en Yosemite, famosos escaladores entrevistados por los media y que intentaban aclarar las inexactitudes y fantasías que se leían y oían por doquier, se veían enfrentados a un muro de incomprensión e incredulidad por parte de los periodistas, que preferían atenerse a sus versiones, seguramente más inteligibles para el ciudadano medio (y más vendibles también). No sabían muy bien de que hablaban, pero tampoco lo sabía Obama cuando felicitó a los escaladores desde la Casa Blanca, si hemos de dar crédito a su mensaje.