Otro tipo de casi final en Granada
De Marcos y Balenziaga, que arrastran molestias físicas, entraron en una lista de 19 en la que Valverde no introdujo a Ibai Gómez.
GRANADA-ATHLETIC
Sin apenas tiempo para rumiar las malas sensaciones que dejó el partido de Copa ante el Espanyol, el Athletic pretende recuperar las sensaciones ligueras ante el colista Granada, en otra especie de casi final para poder tener un último tramo de temporada medianamente tranquilo y poder ilusionarse con otros desafíos más apetecibles.
Antes de partir hacia la ciudad nazarí, Ernesto Valverde subrayó que el Athletic irá «con todo» a Granada porque, después de la derrota en la última jornada frente al Barcelona, y como les ocurrió hace dos semanas en la visita al Ciudad de Valencia, está «obligado» a sumar los tres puntos ante «un rival directo».
«Se asemeja bastante al partido contra el Levante. Al Granada le tenemos a cinco puntos y de ganar a perder hay una diferencia abismal», señaló el técnico del equipo rojiblanco antes del último entrenamiento celebrado a puerta cerrada en Lezama.
Tras esta última sesión, el técnico rojiblanco ofreció una lista de 19 convocados debido a las dudas que ofrece el estado físico de alguno de sus jugadores. Valverde confía en poder contar con Óscar de Marcos, aquejado de unas molestias en el pubis desde hace varias semanas, aunque tiene «más reservas» en el caso de Mikel Balenziaga, a quien tuvo que sustituir contra el Barça por unos problemas físicos que le impidieron jugar el miércoles la Copa. De momento, ambos entraron en convocatoria, pero el entrenador aseguró que no tomará riesgo alguno.
Inicio de la mala racha
Sobre el Granada, Valverde recordó que el 0-1 encajado en la primera vuelta ante el conjunto granadino, dirigido entonces por Joaquín Caparrós, les hizo «muchísimo daño» y fue además «el comienzo de una mala racha» de la que aún les está «costando salir».
Además, admitió refiriéndose a su equipo que en ataque están «dependiendo mucho del acierto» de Aritz Aduriz, que ha marcado 8 de los 20 goles del Athletic en la Liga, y por ello cree que necesitan que los jugadores «de fuera y de la media punta se incorporen a las situaciones de peligro».
Sin demasiadas pistas obre el once inicial, lo que es seguro es que Iturraspe y Guillermo siguen siendo baja, a quienes se suma Etxeita por sanción, mientras que Laporte regresará al equipo tras cumplir su sanción en Copa. Ibai Gómez fue el descarte más significativo, junto a los habituales Toquero y Sola.
El Granada llega al encuentro con la intención de prolongar las buenas sensaciones mostradas por el equipo desde la llegada del técnico Abel Resino, pero con la urgencia de sumar puntos de tres en tres para poder abandonar la última posición que ocupa y la zona de descenso en que está instalado desde hace varias semanas.
Los andaluces vienen de perder el pasado fin de semana ante el Villarreal (2-0), pero afrontan el choque con la meta de hacerse fuertes en su estadio y lograr su segundo triunfo seguido como locales, tras doblegar al Elche (1-0) en la anterior comparecencia ante su afición.
Faltarán en los locales a la importante cita ante el Athletic por lesión el central colombiano Jeison Murillo, los medios Eddy Silvestre y el gambiano Sulayman Marreh, y el atacante Rubén Rochina.
A 25 años del adiós de Panizo, el «interior de seda»
Ernst Happel, considerado uno de los más grandes futbolistas de todos los tiempos, se divertía sentándose encima del balón en pleno partido: «A la gente le gusta la fantasía, porque los espectadores quieren espectáculo. Y porque el fútbol es sólo un juego, también hay que divertirse...», contaba en 1992, unos meses antes de su desaparición. José Luis López Panizo fue el Ernst Happel del Athletic, de aquella segunda gran delantera rojiblanca de los Zarra, Iriondo, Venancio y Gainza. Él era la pausa, la técnica, el cerebro. Era asistencia y era gol. «Muerto Manolete y retirado Panizo... se acabaron toros y fútbol», se llegó a decir en aquellos años. 16 temporadas como león, de 1939 a 1955, aunque continuó un año más en las filas del histórico Indautxu, junto a Zarra e Iriondo. Sestaorra de nacimiento -del barrio de Simondrogas, como Venancio- años duros, de precariedad, de muchas bocas -diez hermanos- que llenar en casa, el fútbol fue la salida de Panizo, aquella primera prima de 200 pesetas con el Athletic, debutando como interior izquierdo con Macala, Unamuno, Garate y Gorostiza. No sabía ni cómo atarse los botines. «Viendo a Oceja aprendí a amarrarme las botas, en verdad no sabía donde me había metido cuando fiché por los leones», diría. Y Telmo Zarra, su íntimo amigo, aprendería de él. Primeros tiempos duros para un fino estilista como era él, al que se tachaba de querer arreglarlo todo con regates, con pases atrás... sentarse encima del balón y observar. Que era lento, que no valía, que no marcaba. Pero Panizo terminó triunfando. «Las ideas las ponía Panizo y nosotros lo demás», sostenían sus compañeros. Cuando aquel irrepetible San Lorenzo argentino vino a jugar a San Mamés la grada comentaba aquello de «anda, si juegan como Panizo». Él fue el precursor del fútbol moderno en el Athletic, en el fútbol de la época en la Liga española, tanto que hasta para el mismísimo Luis Suárez aquel león de Sestao era su ídolo. Panizo, siempre sorprendido porque a uno le pagaran por hacer lo que más le gustaba en la vida. 413 partidos y 169 goles... Hoy, 14 de febrero, hace justo 25 años Panizo se ató por última vez sus botas. El `interior de seda'. J.V.