Uuuuuuuhhhhh!
Un estajanovista conjunto rojiblanco seca el potencial ofensivo merengue y Aduriz hace el resto.
ATHLETIC 1
REAL MADRID 0
Permítanme que me levante... y dé gracias. Porque en días como el de ayer, cualquier athleticzale se santigua y agradece al cielo, si hiciera falta setenta veces siete, por estar `enganchado' a esta bendita pasión en rojo y blanco que se llama Athletic, de la que desintoxicarse es más difícil que hacer pasar el gigantesco ego de Cristiano Ronaldo por debajo del Puente de Deusto.
Los de Bilbao, los del mismo Bilbao, se vanaglorian de nacer donde quieren, es más, eso debieron de pensar los progenitores de un chaval, ella liberiana y él ghanés por más señas, al que pusieron de nombre Iñaki y le trajeron a nacer al mismo Botxo. Son tan chulos que sin previo aviso deciden adelantar su Aste Nagusia a pleno mes de marzo. Y tan altaneros que sacan pecho de donde no lo hay para ganar con merecimiento a todo un Madrid al que no dieron opción. Arrigo Sacchi decía que «la victoria queda en los libros, pero la forma de conseguirla queda en la cabeza de la gente». Dentro de un tiempo, la estadística nos dirá que el Athletic ganó por la mínima al líder merengue, pero en la cabeza de la gente quedará lo vivido ayer en San Mamés, sobre el césped y fuera de él.
El cambio del joven Williams en el minuto 74 de partido, exhausto tras su enésima galopada, su nombre coreado por una grada puesta en pie, después de haberse subido a las mismísimas barbas de Pepe, de tratar de tirarle un caño al mismísimo Ronaldo, de robar en defensa balones imposibles, de controlar, girarse, jugar, conducir... fue la imagen que resume la victoria de ayer. Donde mientras el chaval parecía tener la madurez de un treinteañero, Aduriz, todo lo contrario, se quitaba diez años de encima, o Iraola, que parecía llevar doscientos partidos menos en sus piernas. Nombrar los méritos de cada cual de los leones que plantaron cara al Madrid y tener que destacar a uno sobre los demás es casi como elegir entre uno u otro hijo.
Uno por uno, y como un equipo, el Athletic no dio opción a un equipo madrileño que ni pudo ni supo. Ni un solo remate de los blancos entre los tres palos en la primera mitad, lo que dice mucho del planteamiento y la actitud de los rojiblancos. Nada que ver lo que pusieron sobre la hierba unos y otros. Avisó Ernesto Valverde de que no podían tratar al líder de tú a tú, así que les esperó, les privó de espacios, tapó líneas de pase, minimizó pérdidas y con cada balón ganado salían en busca del ansiado gol. Un par de llegadas con cierto peligro de los de Carlo Ancelotti tenían de inmediato la réplica bilbaina que, lejos de encerrarse, desplegaba efectivos sosprendiendo casi siempre por banda derecha, con Iraola por delante de De Marcos, como ante el Espanyol. Y en una de esas, casi a la media hora, Rico, que le había sacado lustre a las botas, la templó perfecta para que Aduriz, siempre Aduriz, manantial inagotable de superlativos, ganara la posición a Pepe y cabeceara impecable pegado al poste de Casillas. «El ochenta por ciento del éxito consiste en estar allí», decía Woody Allen. Y el `zorro' siempre está ahí. A la que salta. El que también saltó fue San Mamés. Se frotaba los ojos, sacaba a pasear sus bufandas, rugía, luego saludaba un recorte sobre una baldosa del ariete donostiarra a Pepe, rompía a aplaudir un robo de Williams llegando desde atrás... Se llegaba al descanso con cero remates merengues a portería y la sensación de que este Athletic ahora mismo es capaz de todo.
Un poste en cada portería
Cuarenta y cinco minutos por delante, todo un mundo ante un Madrid pero que siguió pecando de inoperante, individualista, con su tridente ofensivo desconectado, incapaz de enebrar algo entre el solidario planteamiento de los leones. A los dos minutos, Balenziaga sacaba un gol cantado, el aviso del cerco que el Madrid iba a poner a la meta de un muy seguro Iraizoz, que salvaría después dos complicadas pelotas a los pies de un ausente Benzema y un desquiciado Ronaldo. Pero era más de lo mismo, un querer y no poder, un querer y no saber. Un dato: Toni Kroos fallaba 9 pases, más que en ningún otro partido del Madrid esta temporada.
El Athletic se defendió con uñas y dientes, por dentro, por fuera, siendo todos uno solo, contragolpeando con el mismo descaro que a raudales desborda Williams, con un Rico que ya en el minuto 90 dijo basta y posibilitó un último rugido de la grada con la salida de Toquero, un Beñat magistral y fajador, una línea defensiva que taponó lo inimaginable... Y si a eso le añades a un Aduriz capaz de sacarse otro cabezazo al poste de Casillas en el minuto 75, la victoria no se podía escapar. Por mucho que a Iraizoz su vida entera le pasase en un instante por delante de sus ojos cuando Bale le mandó un balón al palo desde casi medio campo.
San Mamés acabó botando, desplegando sus mejores galas, las de las grandes tardes, quedándose hasta el final para despedir a sus héroes acompañando el himno con sus gargantas. ¿Y de Ronaldo qué? Pues como al Madrid, el Athletic ayer le miró y le grito uuuuuuuhhhhh!
Los números goleadores de Aduriz
Aritz Aduriz sale a 1 gol cada 160 minutos esta temporada; entre los demás delanteros rojiblancos marcan juntos 1 gol cada 817 minutos. «Es uno de los delanteros más importantes de la Liga. Se encuentra a gusto. En algunos partidos brilla y en otros sufre, pero nos marca la línea. Tenemos que dominar el juego para llegar a las zonas donde influye. Le buscamos. Si él está bien, nosotros estamos bien», fueron los halagos, ayer, de Ernesto Valverde hacia él. Hablar del donostiarra son palabras mayores. Sin sus goles, el Athletic tendría 9 puntos menos en la Liga. Con su diana de ayer, la de la victoria -segunda que hace al Madrid y a Casillas- , ya es es el goleador más decisivo en esta Liga: ha marcado el 43% de los goles de su equipo (10 de 23). Lleva tres temporadas en una segunda o tercera juventud. Aduriz ha marcado 10 goles o más en las tres últimas ligas: 14 en 2012-13, 16 en 2013-14 y suma 10 en esta 2014-15. Pero sus números no acaban ahí. Es el jugador en activo con más goles de cabeza en Primera, 38, por los 28 de Cristiano Ronaldo. Y ahora mismo está a un solo tanto con la testa de alcanzar a Fernando Llorente como el rojiblanco con más anotaciones de cabeza en este siglo XXI, 39 para el ahora jugador de la Juventus, 38 para el guipuzcoano. De cabeza, sólo le superan en los últimos 20 años, además de Llorente, Urzaiz y Raúl. J.V.
Valverde: «A veces el estado de ánimo tiene mucho que decir»
¿Qué ha cambiado en el equipo?, fue la primera pregunta para Ernesto Valverde. «Siempre me lo dicen cuando ganamos, y no perdemos tanto -reprochó-. Somos los mismos o parecidos y con muchas bajas. Era un partido complicado porque ellos tienen nivel y se estaban jugando la Liga. Nos vinimos un poco atrás porque no estábamos frescos. Sabíamos que no les podíamos dejar correr. Decidimos esperar y llegar a su área. Así conseguimos que el partido no tuviera una sola dirección. Hicimos el gol y luego supimos sufrir. Ellos tampoco tuvieron tantas opciones, más allá del palo y una mano de Gorka», es explayó. El degaste físico que arrastran lo supieron suplir. «A veces el estado de ánimo tiene mucho que decir. Ganamos en Eibar y al Rayo. Estamos en un buen momento», subrayó. J.V.