Tanto Alavés como Osasuna están firmando una temporada bastante irregular, marcada por los constantes altibajos en su juego y resultados, pero ambos llegan al derbi con la esperanza de que suponga un punto de inflexión en sus respectivas dinámicas. La escuadra babazorra parece haberle cogido el tranquillo a Mendizorrotza y la rojilla confía en que sea en el estadio albiazul donde por fin las nuevas enseñanzas de Mateo se transformen en un resultado de tres puntos.

Sea como fuere, los dos conjuntos vascos arriban al choque con cierto grado de optimismo y confianza, los unos por haber recuperado su confianza en casa tras dos tropiezos consecutivos lejos de Gasteiz y los otros por haber dado signos de mejoría, pese a no conseguir más de un empate frente al Alcorcón. A priori, la solidez que han mostrado los anfitriones en su estadio en las últimas jornadas les otorga la vitola de favoritos, pero un derbi suele caracterizarse por la dificultad para pronosticar un resultado final.

Además, los de Alberto López ya ganaron con solvencia en El Sadar en el encuentro de la primera vuelta y dejaron en la cuneta a los rojillos a las primeras de cambio en la competición copera, con prórroga incluida. Una motivación extra, por otro lado, para los navarros, la de tomarse cumplida venganza y doblegar a los babazorros por primera vez en lo que se lleva de temporada.

Tras seis jornadas consecutivas sin ganar -cinco derrotas y un empate-, en algún momento debe llegar la reacción de Osasuna, a quien no le está sentando nada bien el descenso y, mucho menos, la agitada inestabilidad institucional que padece. El Alavés, con un plantel más asentado y refuerzos acordes a la categoría de plata, no está por la labor de que dicho cambio en la trayectoria rojilla se produzca en su feudo y tratará de repetir ese papel de conjunto sólido y eficiente que últimamente ha mostrado ante su parroquia.

Problemas con los pivotes

José Manuel Mateo tendrá que volver a recomponer su equipo, sobre todo en lo que al apartado defensivo se refiere. Las amonestaciones que vieron Vujadinovic y Raoul Loé frente al Alcorcón les van a acarrear un encuentro de suspensión, por lo que el técnico iruindarra deberá buscar soluciones a esas ausencias. Parece más fácil en el caso del central, donde casi todo apunta a Miguel Flaño recuperará la titularidad perdida ante los alfareros. En cambio, la baja del internacional camerunés es un inconveniente serio, dadas las molestias que padece Nekounam -hoy se podría saber el resultado de las pruebas médicas- y que Mateo ha optado por un 4-1-4-1, en el que ese puesto de único pivote resulta clave.

Si el iraní no está recuperado para jugar en Mendizorrotza, bien podría suceder que el preparador rojillo regresase al 4-2-3-1 que también ha puesto en liza, asumiendo la labor de recuperación y dirección la dupla formada por Merino y Roberto Torres, o bien dando una mayor participación a Olavide, casi inédito en los dos últimos envites.

Parecidos problemas tiene el Alavés en la misma posición, ya que resulta poco probable que Rafa García se restablezca para pasado mañana -lo mismo que Beobide-, pero en el caso de Alberto López, el técnico guipuzcoano cuenta con el regreso de Toribio, sancionado frente al Mallorca.