La Vuelta regresará a Bilbo en su edición de 2019 con una etapa de media montaña el 5 de setiembre que incluye un final quebrado con tres muros, puertos de Tercera categoría pero cortos y de grandes porcentajes de desnivel en los kilómetros finales del recorrido de 175 kilómetros con salida en el Circuito de Navarra (Los Arcos).
Será la duodécima etapa de una edición presentada este miércoles en Alicante y deparará a los corredores una primera subida en tierras alavesas al Alto Azazeta (km.42), también de Tercera.
Pero lo relevante de la jornada serán las tres paredes finales ya en Bizkaia, los altos de Urruztimendi (km.139), El Vivero (148,6) y Arraiz (168,2). Este último, a menos de 7 kms. para la meta.
Los tres puertos, a la espera de la vertiente por la que se suba El Vivero, puerto que ya conoce la Vuelta tras su regreso en 2011 tras décadas sin pasar por tierras vascas, son pequeños muros con rampas de grandes porcentajes.
Así, Urruztimendi es una subida de 1,5 kms. con tramos de hasta el 18 por ciento de desnivel; El Vivero, aunque esta vez es de Tercera, también tiene rampas por encima del 10; y el Monte Arraiz cuenta con varios tramos al 20 por desnivel en sus 2.4 kms. de ascensión.
«Una etapa preciosa, sobre todo en su parte final», en palabras del director deportivo de la Vuelta, el excorredor Fernando Escartín. «Un encadenamiento de tres puertos de Tercera categoría: cortos, duros y muy seguidos que darán emoción a un final de etapa previsiblemente intenso y que viviremos arropados por la inigualable afición del País Vasco», añadió el excorredor de Biescas.
Por lo demás, ocho finales en alto, cinco de ellos inéditos, una contrarreloj individual en Pau y alicientes hasta Madrid con jornadas más cortas pero intensas, marcan el recorrido de la Vuelta 2019 que saldrá con de Torrevieja (Alicante) el 24 de agosto y finalizará en Madrid el 15 de setiembre.